¿VIENTOS DE CAMBIO? O, DECISIONES POSTERGADAS

 

Se constatan cambios trascendentes en las implicaciones de los discursos del 3 de marzo. Ya se veían venir, desde la separación del PAN de la mesa de la Reforma Política, con motivo de la pérdida del municipio poblano. A ello agregó la continuación de las matanzas inexplicables en Guerrero y el video que muestra sin edición, los infamantes sucesos del vado de Aguas Blancas y, a pesar de todo ello, el PRD permaneció en la mesa de la Reforma.

 

La radicalización de la campaña electoral en los Estados Unidos, obliga a un movimiento de equilibrio  por parte de México, movimiento que hoy requiere ser más enérgico y radical, luego de la condena a Cuba, al aprobar el Congreso de los Estados Unidos, la reforma que castiga hasta a los inversionistas no norteamericanos que inviertan en la isla.

 

La comunidad internacional se unirá en protesta. Ya lo han hecho conjuntamente la Unión Europea (UE), Canadá y México. El neo-imperialismo que se muestra en la necesidad de asegurar la reelección del Presidente Clinton, llevó a aprobar, sin los cambios que el mismo Clinton había demandado, un bloqueo que, de ser efectivo, posiblemente no levante una rebelión interior en Cuba; ahí sólo aumentara la miseria, pero, fuera de la isla, sí provocará una protesta internacional en contra de los Estados Unidos.

 

 

 

                                   LAS POSTURAS DEL PAN

 

El retiro del PAN es realmente inexplicable. El coraje y la frustración por perder el municipio de Huejotzingo, pueden entenderse y hasta aceptarse, lo que no quiere decir que tengan la razón moral y menos la razón legal, siendo ésta la que importa en este caso. En realidad el caso es algo pequeño contra la oportunidad de participar en la conformación de una reforma electoral que construya las instituciones que puedan evitarlo de manera definitiva.

 

 

Una presión coyuntural que pretende provocar una acción fuera de la ley, como lo sería en este caso la intervención de la federación en Puebla, y que, además, se produce como consecuencia de un acto legal, no puede ser argumento de quienes reclaman legalidad y moralidad, mientras presumen de que ellas constituyen la base inamovible de su conducta.

 

Estas pataletas constituyen un grave error del PAN. Dan base seria para fundar sospechas de los “arreglos” que fuera de la ley realizaban con Carlos Salinas; quizá como respuesta a las presiones panistas, acompañadas del odio que les tuvo o aún les tiene, a los descarriados integrantes de la “Corriente Democrática” que se separaron del PRI, y que tanto problema le causaron en 1988 y después de 1994.

 

 

 

EL RUMBO APARENTE DE LOS CAMBIOS

 

Quizá el PAN ya se sienta suficientemente fuerte para pelear a la mitad de la arena con el PRI.  Fernández de Cevallos en evidente suplantación de Castillo Peraza, que casi ya no habla, ¿se había dado cuenta?, tiene la osadía de afirmar que el presidente evidencia en su comportamiento un plan contra el PAN; “una declaración de guerra”. Osadía, porque se le olvidó muy pronto su poco ético y no muy honorable concertacesionismo.

 

Como segunda fuerza política en el país o piensan que pueden alcanzar la mayoría de la Cámara de Diputados en 1997, o que el PRI no logrará mayoría absoluta, 50% más 1. Esta situación nos llevaría a un régimen semiparlamentario en el que las alianzas serían indispensables para legislar. Quizá en este escenario esperen ser la posición decisoria, cosa poco probable.

 

Hay una alianza entre el PRI y el PRD instrumentada desde la Secretaría de Gobernación. Comenzó con las dificultades en tabasco y el bloqueo a las actividades de PEMEX. Negociaciones secretas que marcharon con sigilo y efectividad. Esto evita que el PAN sea factor de decisión en una Cámara semiparlamentaria.

 

Por otro lado la aplicación de la facultad constitucional en el caso de Aguas Blancas, sienta un precedente de importancia capital, si la sociedad civil lo sabe capitalizar. Someter a los gobernadores “levantiscos” que parece han confundido el “estilo de gobernar” de Zedillo, constituye un elemento estabilizador y de cotas, límites, a los presidentes chiquitos, gobernadores, que enfermos de poder, sueñan con grandezas supuestas de tiempos idos.

 

Ahora le tocó a Guerrero, pero la advertencia del Secretario de Gobernación es amplia: “Hay que recordar que el federalismo no se pactó para crear ámbitos excluyentes de los controles de constitucionalidad y legalidad a los que cualquier autoridad está sujeta, más bien, la fórmula federal se adoptó para fortalecer niveles propios de responsabilidad”. En otras palabras, rebasado el límite, intervendrá el derecho federal, con la voluntad presidencial acompañada y fortalecida con la indignación popular.

 

 

                          LOS INTENTOS POR LLEGAR A SER

 

 

Así las cosas, se vuelve conveniente repasar que los modelos de país que han existido comienzan con el planteamiento de Morelos en sus “Sentimientos de la Nación”, deseando, entre otros puntos, que las leyes sirvieran para, en la libertad, moderar la opulencia y la indigencia -justicia social. Luego, la  Constitución de 1857 consagra los postulados liberales de hacer de México una “república representativa y popular” -democrática-, eliminando fueros y privilegios, y al feudalismo. Pretendieron eliminar la sumisión del pueblo a la iglesia -el clero-, y a la aristocracia -el criollismo-, para hacer soberano al ciudadano.

 

La revolución de 1810 intenta amalgamar las tendencias de la nación y procura mezclar, en las garantías individuales y las sociales, los planteamientos fracasados del pasado: la libertad y justicia social de Morelos, con la búsqueda del respeto a la ley -estado de derecho-, y la libertad y la democracia de la Constitución de 1857, replanteada por Madero junto con el fortalecimiento del nacionalismo.

 

Este intento se trunca en 1929 con la invención del presidencialismo mexicano. Cae la democracia y la posibilidad de justicia social queda en el intento de Cárdenas. El estado de derecho, así, simplemente no existe. El desarrollo estabilizador traía consigo mismo su pronto fin. Nunca hubo justicia social, se simuló en el crecimiento sin sustento a largo plazo.

 

De los tecnócratas poco necesitamos decir: A fin de cuentas no hubo ni justicia, ni democracia, ni solidaridad… Sólo alcanzamos prepotencia, impunidad, desnacionalización y nunca alcanzamos la eficiencia, competitividad y globalización ofrecida, buscada descontroladamente.

 

 

EL RUMBO DESEABLE DE LOS CAMBIOS

 

Así, parece que debemos recapitular. Buscar identidad, nutrirnos de nuestra propia historia.  Hoy carecemos de postulados, de modelo, de moral. Necesitamos posturas de ética política que restaure la credibilidad púbica en el poder y desear ser, identificados con la nación, la patria para vivirla en el estado de derecho, la democracia, la justicia social, la libertad…

 

José María Morelos tenía razón y hoy parece ser suficiente razon para intentalo de nuevo. ¿Usted que piensa?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *