El juego de los inentendibles

Entre Mancera y el gobernador de Oaxaca, hay un juego perverso de haber quién es más insensible con la sociedad y mejor protector de la impunidad, el abuso y la prepotencia. Se aúna al gripo de lo inentendible el gobernador de Michoacán y, extrañamente, se aleja un tanto el de Guerrero. Se juega, a más, quien es más insensible con las demandas y las justas inconformidades sociales, de la sociedad civil.

Ni uno más, y ya los hicieron tragar tierra o, como dicen, tragarse sus palabra y, sin reacción alguna. Pasen señores, que no les vamos hacer cumplir la ley y podrán componer los tejidos sociales a su antojo, que ya hace rato que, “al diablo con las instituciones”, se ha vuelto nuestro credo. Solo amenazamos de dientes “pa´fuera”…

Y véase, irrumpir a un lugar privado sin autorización ni permiso, destruir, incendiar y saquear (robar) y, para que no quede duda, dar una conferencia de prensa en que se dan a conocer los hechos violatorios de derecho, todo eso frente a la policía que debe perseguir delitos por oficio, poner orden, todo eso, constituyen las mejores prácticas de un buen gobierno de izquierda democrática. ¿Qué es la izquierda en  un Estado de Derecho”.

Tomar a pedradas y con notoria mayoría escuelas defendidas por niños y padres de familia, que, ciertamente, han pecado por querer que sus hijos estudien en paz, para intentar aprender a tener progreso, ello, cuidado permitido y protegido por la fuerza pública que “defiende a la sociedad, es prueba de aplicar la justicia y reconocer la razón de la sociedad que quiere paz, trabajo, estudios, terminar la impunidad y lograr justicia en un Estado de Derecho.

Que nos espera a los que acudimos a elegir a nuestros representante, que cumplimos con la norma y el orden en forma cotidiana, que respetamos a nuestro próximo, que somos tolerantes con los que, haciendo también todo lo demás, disienten en formas y métodos de lograr acuerdos y cambios en lo que, de alguna manera, es perfectible y se entiende puede ser variado, según el caso y el sujeto, a la derecha, al centro o a la izquierda.

Y lo más curioso es que ahora, a ello, le llaman: “ejercicio de la democracia”

Los que creemos en que la inteligencia, por medio de su gran instrumento, la razón, el análisis. hace posible plantear opciones que, en la mesa del diálogo o del entendimiento, pueden lograr acuerdos de ventaja para la sociedad, que no para facciones de cualquier naturaleza.

Cuál es el juego que nos dejan para jugar aspirando a la paz, al entendimiento, a la armonía social, al trabajo, en el Estado de Derecho…

¿Qué tan lejos estamos de un estado de beligerancia?

Es difícil de descifrar el rumbo de los cambios, de las inconformidades, sea cual fuere su origen; por un lado aún están los afamados y muy disminuidos Zapatistas, por otro, aún quedan reductos de las guerrillas de la sierra de Guerrero-Michoacán; así mismo, la organizada CENTE, que con disciplina dictatorial y control espartano ha mostrado músculo, a ello debemos agregar las “autodefensas” que arraigan en Michoacán y Guerrero, y se asoman en otras regiones, por último, los cárteles tradicionales de la delincuencia; zetas, templarios familia michoacana, y los que aún conservan el nombre de cárteles, ahí donde aún manda y comanda el famoso “Chapo”, y los otros, sus contrarios.

Todo se origina en una vocación nacional de de rebeldía, de inconformidad, de quítate tú para ponerme yo…y, si no, me revelo…todas alimentadas por el autoritarismo, y sostenida por las ideologías extremas, radicales, por visiones angostas y casi bucólicas. Todo ello halló cobijo y modo en el manejo de la droga y, como no se les paró a tiempo el flujo de recursos, se han fortalecido en fuerza y control por terrorismo (miedo) pues crecieron y ahora el espectro de origen de recursos se ha ampliado a todas las posibilidades imaginables.

Los de menor categoría se alimentan de los asaltos, chantajes, extorciones secuestros y los jefes se quedan con todo el producto de la droga, son interdependientes, pedro hay grupos y “clases”. Así es una proliferación incontenible. Mientras les hemos hecho el “caldo gordo” a los del norte, ellos se drogan, inician el proceso de legalización, que llegará a lo que existió hasta principios del siglo XX; mientras, todos los capturados allá, son extranjeros, predominantemente mexicanos y, la drogadicción se sostiene, mientras acá filtramos, para que llegue lo “bueno”, y ponemos a los cadáveres y a la descomposición, profunda, del tejido social

Párrafo propio merece la corrupta policía, ¿cuál?, la que piense y quiera, los Presidentes Municipales, muchos, muchos más de lo que creemos, Diputados estatales, federales, Senadores, políticos y más, incluidos Gobernadores y, no aumente, altos funcionarios de los Municipios Estados y Federación. Una amplia, profunda, bien engrasada red de corrupción.

A ello agregue los extremos de los románticos, “derechos humanos”, que liberan criminales en lugar de “reponerles el proceso” que fue lo que estuvo mal, y, liberados, los crímenes sí cometidos… ¿qué?…

No veo claro tampoco, la suave política de manejo que tolera, paga, premia y fortalece a “rebeldes” ideologizados, guerrilleros entrenados, que, pidiendo lo imposible, se eternizan en franca beligerancia, amenazan, roban, matan, atacan a padres de familia y niños y, nada, no pasa nada… ¿Cuál es la estrategia de Gobernación y la tolerancia y permisividad del Presidente Peña? Pueden hacer lo que quieran con las ciudades, con los Estados y con los ciudadanos, y son protegidos y nutridos con sueldos y premios no devengados, no ganados.

Creo que en un desorden ideológico, de intereses, a veces contrarios, y de dispersión geográfica, va integrándose, creciendo, la “masa crítica” el “cuanto bastare para” que surja una inestabilidad realmente beligerante y que la sociedad, lo que de ella queda, se vea obligada optar por el más fuerte, el que asegura, dejando al lado al medroso o al menos ´poco claro, que ni puede, ni quiere, ni sabe aplicar la ley.

La ley, hoy ya vale preguntarse… ¿Qué es la ley…?

El San Luis de ayer, su herencia que, aún se vive hoy.

Quizá alguno de los que sí saben pueda abundar sobre algo que leí ya no sé cuándo ni dónde, la memoria tiene archivos muertos, demasiado ocultos, muy difíciles de acceder.

Se decía que la ciudad estaba encerrada en un cuadrante que constituyó la iglesia, (casualidad o propósito): Para acceder a su centro había, necesariamente, que parar por un convento o iglesia, todo viajero era recordado de que la religión vigilaba al área urbana, estaba en el área urbana, dominaba el área urbana… y, además, tenía quien la ayudara, con las armas, si era preciso…

Por el oriente El Carmen; por el sur, La Merced; por el poniente, Tequisquiapam; y, por el Norte Tlaxcala. Todas ellas en permanente competencia pero, ante los feligreses y seres racionales, luchando por el mismo fin, la “salvación de sus almas”, siempre en pecado, porque a “Eva”, ayer, como hoy, se le ocurrió amar, ejercer su potencial hormonal; de ello, hasta hoy, occidente sigue siendo culpable… (¡Qué bueno que lo ejerció…!)

Por otro lado su centro político y comunal o cívico, estaba alrededor de un cuadrante que flanqueaba el poder militar: el Ejército; el poder político: el Gobernador; el poder comunal: el Ayuntamiento; y, el poder religioso: la Iglesia.

Todo se sucedía ahí, el cuidado del territorio; el del orden o conducción de los intereses mayores; el de la armonía comunal o de los intereses menores; y el de los dictados religiosos, poder que decíase a si mismo, superior a los demás; pero que ahí estaba igual que todos ellos: en iguales conflictos, similares ambiciones, semejantes corrupciones, equivalentes destino, conducir, controlar, simular, permitir, o morir…

Ese poder reunido en torno a la Plaza de Armas, estaba vigilado de manera permanente de uno a otro y entre todos, no era necesario “jalar un poco la gasa del visillo”, para saber quién entraba, a donde y luego con quien, a dónde salían y con quien y cuentos y así… así…. así…se generaba la armonía y, la toma del chocolate con picatostes, igual que el arrió de bandera y el despacho de los Lanceros, los Rurales, la Santa Acordada y demás…según necesidades y épocas.

Todas estas marcas a hierro persisten, existen, en mayor o menor grado, las heredaron los de ahí, las asimilan los que llegan, o se encuentran fuera de la comunidad.

“Así es mi tierra, morenita y luminosa, así es mi tierra tiene el alma hecha de amor,,,”

Nos encanta vivir en el disimulo y el “veo pero no me entero”, “lo sé, pero no lo digo” lo “atestigüé, pero no atestiguo”