El trozo de hoja

Esta no es la narración ni la crónica de la hoja que los enamorados dividen en trozos irregulares y que se prometen guardar entre las páginas de un .libro, para reconocerse en un reencuentro, ignorando que, las hoja, se secan y pueden deteriorarse fácilmente… como el amor, exactamente como el amor, lo que imposibilita un reencuentro feliz, las dos piezas no coincidirán, casi seguro serán distintas.

Tampoco es el trozo del mapa de tesoros y piratas que, seguramente, su original se parió en tres; una parte guarda el punto del encuentro del tesoro y los otros dos, parte de la ruta para arribar al oro joyas y fortuna que significarán el éxito. Dos creen tener la mitad y. el tercero, no le encuentra a su parte ni sentido y, posiblemente, ni valor. Únicamente un experimentado analista de pergaminos, y conocedor de las argucias y trampas de piratas, podrá guardar con fe cualquiera de las partes y esperar, pacientemente, a que los otros buscadores se encuentren con él; es un problema de tiempo y de mucha fe… algo cercano al dogma, debes creerlo para que la comunidad te conserve, pero nunca encontraras un dogma racional, por ello: es dogma.

Es como la verdad periodística, coyuntural y acotada, sólo un trozo de la información completa que va, lentamente, develando el tiempo, lo que permite grandes confusiones y no pocas calumnias que se aclaran, pero que no se diluyen, conforme se va revelando la verdad histórica, que en el sureste mexicano, allá por Chiapas, dirían, la verdad verdadera…

La boja que se pierde por el  viento, rebaza el límite, y cae al mar por el acantilado, dejando, para siempre ignorada, la razón de las que la precedieron. Si era de amor, para un enamorado, casará llanto y desconsuelo, si era de negocios, siempre se pensará en pérdidas o fraudes cuantiosos y, si fuese de los hijos, generará lágrimas cuantiosas en la madre, que ignorará, posiblemente para siempre, el final de los sucesos que le narran.

El libro al que el malvado, lleno de egoísmo y de soberbia, arranca, por prejuicios, resentimientos, frustraciones,  la hoja clave, o el final de la historia, del suceso.

Solo pedazos de historia inconclusa, llena de llanto desgarrador, dolor profundo en el pecho, desconcierto, desasosiego, coraje, y más, según sea el caso. También, deseos de venganza, celos, creación de planes de revancha, maquinación de emboscadas, de recuperación del ego humillado. Incompleta información

Ahí veo a Hypatia, en los últimos instantes de su vida cruelmente arrebatada, recordando a Cirilo, por provocar la quema de la biblioteca; siglos perdidos, tesoros que nunca podrán ser recuperados, obscurantismo, delito de “lesa humanidad”.

Hay más, incompleta información, querer conservar el último folio para no permitir que la información plena se conozca, conservarla egoístamente es el propósito, sólo yo la tengo sólo yo la manejo, sólo yo la otorgo, yo siempre la niego; quien la quiere que  ruegue por ella, que pague su precio… el precio yo lo fijo…

Que estas letras no corresponden a la página, que el grupo siente que es nuevo, que no es historia, que es muy fresco, que aún no llega a rancio… Pero es tan viejo como la historia misma, lo ha repetido, lo está repitiendo, lo repetirán; no aprenden del pasado… Dar la información completa, dejarla manejar, es la pieza clave para que la historia sirva a todos…

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