Las sorpresas del PAN

 

Ciertamente el PAN ha tenido líderes visibles y militantes de alta calidad moral y poseedores de una esperanza de larga duración, alimentada siempre por la derrota y que, al final, en la victoria, vino a convertirse en una gran decepción.

 

Una gran decepción que hoy requiere de una reconstrucción integral; no basta con una “reingeniería”, la “rearquitectura” es su única oportunidad real, para tener posibilidades reales a mediano plazo, y si sabe aprovechar esta coyuntura que hoy se le presenta.

 

Rapidísimamente y sin ser su historia, el PAN originario fue una organización impregnada de buena voluntad e íntegramente preñada de ideología, a la vez que absolutamente carente de ideas y acciones prácticas y con capacidad de ser redituables. Su cercanía con el dogma católico y las jerarquías eclesiales los mantenían en lo deseable y lejanos de lo posible. La Iglesia no los enseñó, pudiendo hacerlo, porque le ganaban en cerrazón dogmática.

 

Llegaron los “desplazados” del PRI a quienes se les negaron, o quienes no supieron obtener posiciones “relevantes” y le cambiaron hasta el “modo de andar”. Quizá el ejemplo más relevante fue Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, quien utilizando la estructura introdujo estrategias y acciones mucho más operativas, prácticas, más cercanas a la realidad humana y a las costumbres y métodos del “sistema”.

 

La llegada de esos neopanistas cimbró hasta sus cimientos al clásico PAN, pero le mostró, al mismo tiempo, que el camino para “llegar” no era el tradicionalmente empleado. Algo así como el dicho que refiere: “pa´ los toros del Jaral… los caballos de allá mesmo”. Todos originados en, y por el sistema mismo, estaban empezando a aprender y a aprehender, a entender…

 

Llegaron las flacas vacas, seguidas por una ilusión de grandeza y la falaz intervención de los gringos (Ronald Wilson Reagan), que precipitó, no la esperanza, sino al país entero. Caída la moral y rota la ilusión del modelo, vino el precipicio que entre apariencias y fatales fallas, casi infantiles, llevaron a la gran crisis del “error de diciembre”

 

Ahora otra intervención gringa (William Jefferson Clinton -William Jefferson Blythe III-) posibilita que podamos pagar a largo plazo nuestro desfalco, producto de malas decisiones gubernamentales, a cambio de asegurar que el país entraría realmente a la democracia y, para ello el presidente en turno (Ernesto Zedillo Ponce de León) debió generar y cuidar, las condiciones internas necesarias para el caso. Los neopanistas lograron, lo que sus padres fundadores solo soñaron.

 

Así llega el PAN al anhelado poder, para cambiar a México en una “Patria Grande y Generosa”. Gran fracaso de Vicente Fox Quesada; gigantes, errores de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa; pésimos candidatos.

 

Soltaron las riendas y se desató la debacle. Regreso al poder quien tiene el oficio de gobernar, el que los panistas nunca han querido aprender. Todos iguales de corruptos, pero unos más listos, más prácticos, más realistas que otros.

 

Con Gustavo Madero Muñoz, llega a la dirección y potencial transformación del PAN y se disminuye seriamente la tendencia del retorno al origen, de los que piden ética y son marrulleros y corruptos, falsos y levanta falsos…

 

Ayer dijeron: “ganamos todos, ganó el PAN”; y yo creo que no, al PAN le falta una gran transformación para poder ganar, ganarse así mismo.

 

Pero hay que reconocer que sí se ganó, se ganó en la gobernabilidad de México; perdió la discordia, la disonancia, la oposición y negación como sistema… perdió Ernesto Javier Cordero Arroyo; perdió Felipe de Jesús Calderón Hinojosa; perdió Margarita Esther Zavala Gómez, perdió el PAN, ese que no ha sabido entender a la democracia y su pesada responsabilidad de gobernar en la realidad y la circunstancia siempre variantes…

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