El significado profundo de la lucha interna en el PRD, es una fehaciente muestra de la contradicción y cinismo de sus líderes; ellos desean la presidencia aún a costa de la destrucción del partido mismo, recuerden las declaraciones del Sr. de las ligas, quien dijo: va Cárdenas o el partido se divide… Lo que significa dejar el DF para Morena… Creo que hoy, ni la alianza PRI-PAN-PRD, se lo ganarían. (Perdón, y el Verde)
Hablemos directamente de los protagonismos:
Marcelo Ebrard Casaubon ya demostró que si bien, tenía poder como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, fuera de él, no tiene capacidad de control político, así como que, su capacidad para hacer política, es realmente lastimosa. Hoy, la tiene muy difícil…
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, por su lado, a más de abusar de su origen, se dice demócrata cuando pretende constituirse en un “Tlatoani” absoluto. Él creador, primer presidente y autoridad moral en el PRD, cosa que, ni los Chuchos, ni el Sr. López no reconocen. Juega a todo o nada; cosa que no es muy democrática que digamos, sobre todo si se observan las consecuencias posibles. Estndo ya en proceso de decadencia, aún aspira a luchar por la Presidencia… Qué diría el General Porfirio Díaz Mori…
Por qué no recurre a Mamá para que, a la inversa, le consiga su “Granada”, como cuando la Señora fue a hablar con el entonces presidente José López Portillo; y su niño, heredero legítimo del General, llegó a la gubernatura de Michoacán, iniciando un proceso de corrupción y deterioro del que ahora, magnificado, damos cuenta.
Pretende abusar de la crisis de su partido. Se reputa como la única persona que puede conservar la unidad y avanzar en futuro exitoso; pero Cuauhtémoc ya lleva muchos años, desde el principio en el PRD, y nunca logró una unidad monolítica, ni hizo posible la creación de cuadros para remplazos generacionales… ni supo formarlos y dirigirlos… A más, que ya pronto se nos irá.
Jamás pudo enfrentar de manera inteligente y con suficiente valor civil, al Sr. López y lo dejo avanzar; más bien, adoptó comportamiento de avestruz, antes que salir al ruedo y enfrentarse al invasor, que no solo le robó el trono, perdió también el respaldo popular en la Ciudad de México, y se mantuvo reculado hasta que aquel decidió independizarse con la Morena. Y hoy no se percata de que lo está usando…
Por su parte, el grupo de los llamados “Los Chuchos”, son unos distinguidísimos y destacados herederos del hacer priista de antes. Cambian su dirigente, le respetan la categoría, pero se le mantiene sujeto al “poder del grupo” que construye, impone y supervisa la aplicación y operación de las líneas torales del partido.
Tampoco son muy partidarios del avance de las nuevas generaciones, ni viendo la quemazón “se hincan”. Hasta en esto el modelo español es superior; con el fuego cercano, permitió el paso de los nuevos… Aquí los nuevos, los futuros, no existen, son soberbia marrullera que pretende perpetuarse en la cima, construyendo, día a día, su desintegración desde dentro.
Bueno, el Sr. López, manda al diablo a las instituciones, desprecia a todo y a todos, es el niño de “yo, sólo yo, siempre yo… nunca más que yo, y, luego, yo”. Aún el infarto ha sido insuficiente para bajarlo a la tierra, es un aspirante de dictador absolutista al estilo de nuestro desaparecido amigo venezolano, como esos que han proliferado por América Latina a causa del rompimiento de las estructuras de control político, por su resequedad y falta de filtración…
Y, si sumamos todas esas expresiones reales de la izquierda, ¿qué queda como izquierda…?
A México le espera una severa crisis política,-falta hablar de la derecha- los actores no se han aprendido el libreto y ni tan siquiera se han sabido maquillar y vestir adecuadamente… Desconocen las indicaciones de cualquier director, todos son directores y, nunca oyen al hombre de la concha…
Cómo llevarán la obra y cómo cautivarán al público del que esperan todos los aplausos, se sienten tan importantes, que se les olvida que de ellos viven, y a ellos se deben…