Por las tierras de la tristeza y los predios imperiales…

 

Hace días que estaba sin poder utilizar mi procesador de palabras, eso de la tecnología, los desplantes de la naturaleza con sus descargas y rayos, lanzados desde el Olimpo, me tuvieron tan callado, que casi pensé en “complo…”

 

Por estos días lo que abunda, a más de la fiesta cuatrienal, lo que abunda es pues, perene, nuca se ha ido, ahí está, aumenta o se disminuye o se cambia de altitud, pasando por alta mar; se manifiesta, y la tristeza dormida se vuelve pronto a activar; los niños con hambre llegan y con hambre se nos van, el futuro está en los rieles o los caminos de andar, en el secuestro y engaño, en la esclavitud muy real… y en la muerte si llorar…

 

Nos llegan de Centro américa, huyendo de la maldad, el mal del que se ha preñado mucho de la sociedad, del pueblo de estas las tierras, que sufre y se debate, entre vivir en la paz, morir por ser recto o tenerse que ensuciar, para comer, para amar… Los niños aquí se juntan con los nuestros… que vergüenza… que vergüenza que me da, que muy cercanos los tengo, que muy cercanos están, en el hambre, en la miseria y siempre en enfermedad.

 

Todo comenzó algún día, en aquel naciente siglo veinte, cuando los puritanos y, consecuentemente, moralistas a ultranza, se les ocurrió la burrada de prohibir el libre uso de substancias estimulantes que denominan drogas. Estas corrían por las venas, por los tubos digestivos y por vías respiratorias, con una gran libertad, de los escritores, artistas, deprimidos, potentados y otros más, las compraban en botica y aplicaban a discreción.

 

El imperio de las barras de los muros y prisiones, aplicables a los pobres y extraños que mucho miedo les dan… el imperio de las estrellas que tan lejos se les dan, pero a ellos les inspiran cortarles la libertad, a quien buscan la tierra en donde vivir en paz; y ellos se dicen en “la tierra de los libres”

 

Ellos hacen grandes esfuerzos por mantener abastecido a su población drogadicta, mientras llaman culpables a los productores, traficantes y países por donde se traslada. Ya se ha dicho mucho, nos culpan al sur mientras gozosamente las disfrutan en el norte. Todas sus capturas internas son de extranjeros, como si los alijos pasasen invisibles.

 

Yo no he visto que detenga a personal aduanal, a oficiales de las agencias contra el narcotráfico, a investigadores del FBI o de la CIA, tampoco de la agencia de seguridad. Ahí no he visto políticos detenidos, ni policía estatal o del condado… pero el tráfico sí existe y la población esta abastecida y si éstos, no habría que consumir…

 

Clarísimo dicen que nosotros, los del sur, ponemos los muertos y ellos la degradación por consumo… que su gobierno les garantiza en más paz que acá…

 

Los niños son peligrosos, no los vayan a enfermar… la experiencia viene de los llamados “Padres Fundadores” que llevaron al norte, como aquí los españoles, enfermedades sin fin, que más que diezmaron poblaciones originarias. Ahora los niños sufren y bastante poco hacemos; mientras, las drogas generen tantos recursos por los altos precios, resultado de la prohibición, ellos son los culpables y nunca dormirán en paz, hasta los niños los asustan…

 

Mientras inauguraban la estatua de la libertad, se prohibía la entrada de los chinos…

 

Mientras los días se nos pasan, la tristeza nos agobia, la tristeza se nos da, nos aprieta la garganta y la vergüenza se aflora; los niños vienen y van, solo falta que ya pronto, los comiencen a matar… por pura seguridad…

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *