Una mirada, tan solo una mirada;
cuántos, han pedido y muerto…
por lograr tan solo una mirada,
y así esperaron… por una mirada.
Los ojos que hablan, los ojos que engañan,
los pérfidos ojos que todo confunden,
porqué así se muestran, porque así destellan
porqué los sufrimos, porqué los gozamos;
porqué así morimos, viviendo de engaños.
Los brillantes ojos que en veces nos llaman,
los muy grandes ojos que nos hacen guiño,
los verdes, azules, morados, de miel…
los café sereno, los casi amarillos.
Los hay que en un rostro muestran dos colores
aquellos que chicos, igual nos cautivan,
que tienen miradas, de esas de soslayo,
que se ven serenos tiernos y mejores…
que de pronto miran cual borrego tierno…
Los hay muy redondos, que de verlos llenan…
los hay muy pequeños, intrigan, y llaman…
los hay “embozados” por párpados yertos,
los hay de una línea, los hay muy abiertos.
Los de oriente muestran una gran ternura.
los del norte parecen de paz… sin dulzura…
los del sur desviven y llaman a amar…
los otros que restan… muy bien que trastornan.
Los ojos ventanas del alma, del cielo…
por ellos se muestran amor y desvelos,
también nos enseñan desprecio y engaños
las burlas, desdenes y los menosprecios…
por ellos morimos, por ellos soñamos
Por ellos perdemos, por ellos ganamos…
por ellos vivimos… por ellos lloramos.
así seguiremos, perdiendo y amando,
creer que ganamos, cuando nos vencieron…