Quiero verla; déjame verla.

 

Déjame ver tu cara, no la escondas,

no te escudes entre gardenias y rosas,

no importa que ellas  se humillen y se sientan poco menos,

tu cara es lo que importa, es tu rostro lo que anhelo.

 

Deja que goce esa, tu nariz, larga, griega, preciosa;

deja que tus ojos me inquieten todo entero,

deja a los míos buscarte con ansiedad, poniendo esmero,

deja ver esa, tu barbilla pronunciada….

 

Quiero gozar de tus tiernas mejillas,

vivir de sus colores, amar esos, sus rubores,

esos mismos que enmarcan tu quijada franca,

franca pero suave, en la perfecta armonía…

 

No entornes tus ojos, que los quieren ver los míos,

quieren verse muy de frente, de pupila a pupila, hablarse de desvaríos…

viviendo intensamente, ese entorno de tu rizado cabello…

deja ver tu carita, muéstrame tú, tu cabeza… quero vivir tu belleza

 

Quiero alejarme pronto de esta, esta, mi intensa tristeza,

quiero soñar de nuevo, aunque he de sufrir después,

porque creo que si me dejas, pronto te habré de perder,

seguirás, siempre volando, cual mariposa de amor…

 

Quedaré siempre esperando, volver a ver tu rubor…

 

 

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