Desde Ayer…

Hay alguna serie de hechos que nos van demostrando la profundidad y sustento de muchas expresiones populares; algunas meramente regionales, otras, hasta de valor universal. Ayer me llegó a la mente la que reza: “no sé si reír, llorar, o rezar…”

Rezar, ya no se me da hace mucho tiempo, desde que detecte serias contradicciones matemáticas, físicas y químicas, que hacen nugatorio el acto que parece de piedad, imploración o arrepentimiento, preámbulo del miedo o temor… mismo que se origina en el sentido de culpa, método de sometimiento, éste sí, de clara represión, que heredamos de la religión judía y hemos aceptado irracionalmente.

Desde la estructura institucional, los 71 del Gran Senedrin, hacían y deshacían del pueblo que, a fin de cuentas, dictaban resoluciones que favorecían al mantenimiento del “estado del momento actual” el “statu quo” que resolvía, notablemente, a favor de las oligarquías. Entre ellos los mal queridos “Fariseos”, amigos del “populacho”, izquierda de la época…

Pues bien, nunca la he visto actuar, no soy adepto a las telenovelas, tampoco la he visto físicamente; más, una muchacha tan hermosa y querida por los mexicanos, ha sido arrastrada por la presión desbordada y de pronto, “porque sí, sí o porque no, no”, toda estimación, respeto y admiración se pierde y la crítica se presenta mordaz, destructiva, envenenada… perversa… todo está mal hecho… porque sí, porque yo lo digo… no lo creo y no lo quiero…

Personas que tenía por pensantes, analíticas, alejadas del “a dónde vas Vicente…” los he visto caer en una crítica sin fundamento alguno, simplemente “no, no y no…”. Perdieron o dejaron de lado la racionalidad y han caído en el torrente de la negación, fuera cual fuese, sea cual fuere el argumento presentado…

Eso, eso es lo que esperan, precisamente, lo que desean generar, aquellos que, sedientos de poder, anhelan llevarse a la población al área de la irracionalidad y al precipicio, como las ratas de Hamelin… todo por el poder y, muchos, se los están facilitando hoy, cuando ayer aún pensaban, analizaban y expresaban acuerdos y desacuerdos…

Por otro lado, antier vi, sin estar observando, al Sr. Secretario de Gobernación en una tronante declaración, en la que la voz y el “lenguaje físico”, imprimían una actitud imperial, dictatorial, precisamente de: así, y háganle como quieran…

Más o menos dijo que no combatirían la violencia con violencia y que ellos -“nosotros”-aceptaban todas las consecuencias; pobre secretario, se empieza a ahogar, espero que haya un altillo para poder sacar la nariz del agua…

Pues Sr. Miguel Ángel Osorio Chong, ente las consecuencias, que usted aseguró enfrentar, hay un grupo de pocos mexicanos, más de algunos miles, que descomponen todo el día de la Ciudad de México, del Estado de Guerrero, Michoacán, Oaxaca y algo más; impiden el ejercicio de los derechos humanos de millones y violan flagrantemente la ley y sus normas derivadas, locales y federales.

¿Es que el derecho a la manifestación es superior al derecho de los demás a circular, trabajar y vivir en armonía social…? ¿Es que ellos tienen derecho a “encapsular” por muchas horas a muchos más que ellos y habiendo jóvenes, viejos, heridos enfermos, niños, hambre, urgentes necesidades fisiológicas… ante la petulancia y displicente actitud de los que tienen derecho a protestar… quemar… destrozar… golpear…? Sí, precisamente esos, a quienes ustedes defienden y facilitan su atraco social…

Y, si los detienen en una carretera, a la fuerza del sol y aislados de cualquier posibilidad de refresco o auxilio, a más de violar las leyes federales, permítame repetirlo, federales, Sr Osorio Chong, ¿su derecho es superior al de los retenidos contra su voluntad…? Arrostre sus consecuencias, defiéndanlos de los que les violan sus derechos sociales y humanos… resuelva sus consecuencias… no ande de boca pronta…

Y, si rezar ya no puedo, únicamente me queda reír o llorar…

Comenzaré riendo, aunque tanta risa me lleve al llanto y al desconsuelo; la distensión de la risa hará más profundo el desahogo del llanto… y, mientras tanto… mientras tanto, la esperanza o, la desesperanza… pero no dejemos ni olvidemos la racionalidad, el análisis de lo que está realmente sucediendo…

En escrito anterior y señalaba la necesidad de cambios en las instituciones… no hacerlo será suicida… hay que estar vibravemente atentos…

 

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