Si a una parte de las comunicaciones atendemos, incluidos comentaristas, editorialistas, reporteros, periódicos, revistas, panfletos, manifestantes, líderes políticos, diputados, senadores; ellos y más, replicados por extranjeros que no pueden con su “propia viga”, llegamos a conclusiones realmente terribles, insoportables para una sociedad que se imagine ser tal.
Me da la idea que, atendiendo únicamente lo actual, lo que pasa en Siria e Irak, con el autonombrado “Estado Islámico de Irak y el Levante” (EIIL, ISIL o ISIS) son pequeñeces; que lo que se sucede en y por Ferguson, es “pecata minuta”; que lo que se vive en Israel, se queda pequeño, imperceptible y, ello, sin irnos al África y el secuestro de las menores, y las monstruosas matanzas que se suceden cercanas a su centro geográfico.
Si continuamos con esos criterios, puede entenderse que el absoluto, total responsable de los hechos de Ayotzinapa, es, solo, y únicamente, el Presidente de la República, casi se asegura que fue él quien lo hizo… quien lo concibió, lo planeó, lo organizó, y lo ejecuto… en consecuencia, él lo debe pagar.
La malevolencia y perversidad política, aunada a la ignorancia, al ciego fanatismo, a los abusos, injusticias y vejaciones sufridas, y acumuladas por decenios, a lo que se agrega la ignorancia, llevan a la desestabilización orientada que estamos viviendo y que, habremos de pagar…
Aunque, debe decirse, sí porque asome la templanza, la prudencia, la racionalidad, y éstas se apliquen con inteligencia, con el diálogo social como instrumento, puede advenir una democracia más estructurada, por una sociedad más maura.
Ya hay voces en este sentido y creo cada vez son más; destaca la de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que llama a que se aplique la ley a los anarquistas, destructores de todo y proponentes de nada… al mismo tiempo que la correspondiente de la Ciudad de México, interfiere en la función de la fuerza legítima responsable de salvaguardar el orden; aparecen los de “casco rojo”, con líder con antecedentes, y, las contradicciones continúan y continuarán.
También el Jefe de Gobierno del Distrito Federal ha ido adoptando una actitud más racional hasta llegar a que aplicará la legítima fuerza para mantener la seguridad de la sociedad y de sus bienes, públicos y privados.
Mientras que, hasta peritos de otras naciones intervienen en las practicas forenses propias de la investigación que sigue su curso, pertinazmente se dice que el gobierno está haciendo nada, y que los regresen vivos, como s fuera tan sencillo esconder a 43 jóvenes activos, por no llamarlos activistas.
¿Quién mantiene y persiste en mantener viva una llamada esperanza sin fundamento, sin razón, y ante evidencias tan concluyentes…?; pobres padres de buena fe, como los están explotando los políticos y los “rebeldes” que se mantienen sin cortapisa… pobre de México con tantos alientos para resentidos con razón, pero carentes de discernimiento…
Pobre México ante tantos ávidos de poder y sin escrúpulo o pudor alguno, capaces de desbarrancar a la Nación, así su trono sean simplemente sus cenizas…