La ida de las imágenes

Entre lucubraciones incompletas o en avance…

Durante mi último insomnio recordé al Coronel Mateo Hernández Netro, un chaparrito ya viejo, que en la gira por la candidatura gubernamental del Lic. Guillermo Fonseca Álvarez, en 1993 y posiblemente en Cárdenas, SLP, se acercó a hablar con el candidato a favor de su lucha por ser reconocido legítimamente y legalmente como exgobernador, puesto para el que fue electo, en la tesitura de la época, para cumplir en mandato de 1935 a 1939.

Al Coronel le tocó la época en que el General de División, Lázaro Cárdenas del Río, en su coyuntura, expropia el petróleo, un acto de trascendencia internacional, faceta incompletamente estudiada en México. Llamó, despertó y presionó con un nacionalismo que hizo hervir la sangre de muchos, muchísimos, y que se socializó en la conciencia popular como algo propio, olvidando la importancia del entorno. Ya era históricamente tarde para un nacionalismo de ese grado y se demeritaron totalmente las causas externas.

Esto, de fondo, de forma o de oportunidad, no le sé, llevo al Manifiesto del Coronel, entonces gobernador del Estado, “legal y legítimo”, que inició el levantamiento del General de División Saturnino Cedillo Martínez; pocas semanas después se derrumba el movimiento entre traiciones, “cañonazos de cincuenta mil”, presión internacional y la terrible necesidad de paz en el interior; los ominosos barruntos de guerra, ya se escuchaban cercanos.

Muerto El General Cedillo, cae el Coronel Hernández Netro como Gobernador del Estado y, en los trámites, desconocen que haya sido electo en los términos legales vigentes, desapareciendo así como Gobernador.

Ya no sé si el Congreso del Estado, quien se los había quitado, reconoció, en todos sus términos, que había ocupado el cargo “legal y legítimamente”, creo que no, hubiese sido un acto contra el factótum General Cárdenas del Río y no valía la pena el derecho de Hernández Netro, como para reconocer la legitimidad originaria de su gobierno a costa de molestar al “Tata Lázaro”. Se retuvo lo más, por lo menos” ¿Ley de vida?… ¿Para qué sirve la historia auténtica, ante la historia del vencedor…?

Y así pasaba el calor, las estrellas candentes, la luna en crecimiento y, se corrió el pensamiento hacia los principios de “legalidad” y “legitimidad” y sus derivados, resultantes o consecuencias: el “derecho legal de” y el “derecho moral de”.

Consecuentemente falta hablar, no de un derecho, sí de un hecho, generalmente previo, que es el “derecho de la fuerza” o el “autoritarismo” mismo que tiene por contrario al “derecho de la razón” y de ahí, me asaltó, por  sus méritos,  este Grupo de “Imágenes Históricas de San Luis Potosí”, al que, algunos piensan, no se viene a pensar, a dilucidar, a controvertir… como lo es constante en los asuntos históricos…, se viene sólo a estar en contemplación de lo que se muestra y dice, pero sin opinar ni juzgar, para estar, hay que ser autómata… ¿aquí no existe el derecho a la expresión, sólo existe el derecho al aceptas o te vas?

De acuerdo con el dato más reciente que yo tengo, el Grupo está integrado por 10,380 (Son diez mil trescientos ochenta) miembros nominales, ignoro si hay estadísticas de “actividad”, es decir, cual es el número de  miembros que en realidad mantiene activo al Grupo, mientras el resto permanece pasivo, esporádica o casi permanentemente; todo esto en correlación con su antigüedad.

Un Grupo con este número de registros, es un grupo importante, digno de cuidar y de mantener orientado y contenido, aunque aquí, creo, el autoritarismo no resulta a plazo, hace estallar y desperdiciar el trabajo previo, corre el riesgo de desmoronarse, de autodestruirse.

Ante esto, ante 10,380, ¿cuál es la legalidad y cuál es la legitimidad para dirigir al grupo?, es el dictado superior tajante e incuestionable, autócrata; es la aplicación de la norma libremente aceptada; es la rectificación y la orientación que le da la legítima opinión y perspectiva de 10,380 seres humanos pensantes, no contemplativos… es la evolución, el cambio propio del acumulado de participación…

Las cosas que crecen, gracias a la libre contribución de sus miembros, constantes o cambiantes, se socializan por sí mismas, pasan, aun con dirigencias o, a pesar de ellas,, al dominio social…

El tamaño y el éxito prueba que no es un grupo “mangoneable”, es un conjunto muy disímbolo que logra que, su misma diferenciación lo retroalimente y lo nutra…empieza a ser en sí y por sí mismo… quien no entienda esto, que lo deje vivir… que no ayude a su destrucción… a cambio de nada… o solo de un hermoso ego o gran megalomanía.

Yo hasta aquí llego, más temprano que tarde, entraré en el espacio ausente de la conciencia… Ya no es mi tiempo…

Gracias por los buenos ratos.

Lamento a mi San Luis, pleno de envidias, egoísmos, insidias, intrigas, calumnias… en nada has cambiado, quienes me estiman seguirán así hasta el final, si los hay, los demás, nunca fueron mis amigos

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