Dice “Desde la fe”

Pues me dio gusto y regocijo, ver cómo la Iglesia continúa dando “patadas de ahogado”. Desde su publicación oficial escribió: “sordas y huecas de racionalidad, dogmáticas y empeñadas en robar la esperanza cuando se mata a los seres humanos por el aborto”

 

Parece increíble que esa institución tenga el gran cinismo de calificar a partidos políticos y a gobernantes coyunturales de “dogmáticos”; qué si no es la Iglesia, si no un organismo absolutamente “dogmático”.

 

¿”Quién se empeña en robar la esperanza”? Primero, a quién se le roba la esperanza… quién se ve disminuido en su visión de su propio futuro y la limitan o encierran en la desesperación y la pérdida de futuro, luego de que la ha sido hurtada la esperanza…

 

Cuál es la esperanza que a alguien se le roba, el artículo del semanario “Desde la Fe” no lo aclara… seguramente los buenos católicos lo dan por sabido y, de toda seguridad, forma parte de su paradigma o estructura dogmática.

 

El potencial producto, el engendro que la Iglesia dice proteger, aun no llega a la conciencia, aun no llega a sentir identidad, aun no puede racionalizar las posibilidades diversas de la que el ser racional selecciona sus esperanzas o, su esperanza, como ellos dicen, Aun es discutible si hay, en ese momento, algo que sólidamente pueda llamarse un ser humano.

 

Si a esas vamos, habrá que discutir detallada y profundamente el terrible y cuantioso desperdicio de óvulos y espermatozoides que, cotidianamente y con gran displicencia desechamos; en un tris, podrían ser o quizá son, para la Iglesia, medias esperanzas robadas por el pecaminoso deseo del placer que buscan y anhelan los humanos. ¡Ah, que las hormonas… ah que la madre naturaleza…ah que pituitaria… ah que hipotálamo…!

 

Atendiendo a la mujer que de pronto ve modificada su esperanza de vida, su trazo de futuro que ella sí siente robado, entonces encontramos que por una falla de cuentas, por un cambio hormonal, por un defecto del anticonceptivo, por un exceso de hormonas, no buscadas ni deseadas, por la simple y legítima curiosidad y búsqueda de experiencias en el saberse y sentir… por una noche loca… por una traumática y violenta violación… o por la razón que usted desee, se ve trastornada en su plan de vida y, aquí sí, con la esperanza robada…

 

Hasta dónde se debe tutelar a la mujer, hasta dónde debe dirigírsele, hasta dónde o hasta cuando se le reconocerá plena mayoría de edad y, consecuentemente, responsabilidad…

 

Hasta dónde el derecho de dirigirla por una institución dogmática que en mucho carece de legitimidad histórica y de claridad de origen y, si el derecho es dudoso, que puede decirse de la legitimidad, misma que hacen nugatoria sus ministros en su cotidiana conducta, y llevando a las jóvenes feligresas a abortar, con cargo a los haberes que generan las limosnas de los fieles creyentes…

 

¿Por qué no reconocerles su derecho a decidir y a enfrentarse: ellas mismas, y solas, con su propia conciencia, su propia reflexión sobre el alcance y grado de bondad de sus actos y decisiones…? Por qué…

 

Simplemente reflexiono e intento deconstruir conductas y hechos cotidianos, yo, yo me declaro incompetente para tomar postura definitiva en el tema. Pero así mismo, me declaro defensor a ultranza de lo que “decida la mujer”; a las dos defendería, reconociéndoles que es su libertad, su responsabilidad y su riesgo.

 

Así, exactamente así, es como niego el derecho, la legitimidad y la razón, a la Iglesia, en la dirección absolutista y dogmática de la voluntad de mujeres y de hombres.

 

¿Hasta cuándo podremos ser libres y responsables en este occidente…?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *