Todo comenzó…

Al iniciar el siglo XX, los padres y abuelos biológicos o, al menos ideológicos, del hoy llamado “Tea Party”, en un movimiento dominante, hegemónico, del imperio ya casi maduro, prohibieron la libre circulación de varias sustancias que se consideraban, fundamentalmente, que dañaban la moral pública y personal, y degradaban los valores occidentales –léase los inculcados por la Iglesia Católica y sus derivados…

 

Los del “Mayflower”, que partieron de la Pérfida Albión , según dijo poco después, Agustín Louis Marie de Ximénèsen, buscaban la libertad, sobre todo de la de conciencia, ellos, engendraron hijos intolerantes y que se sienten depositarios y guardianes del destino moral de “occidente”, de los valores de origen cristiano y de la organización política denominada “democracia”, que viene desde Grecia y, que como dijo Winston Leonard Spencer Churchill: “… es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando”.

 

El argumento básico era sencillo: dañaban la moral del pueblo y llevaban inevitablemente a la degradación… negaba los valores bíblivos…

 

Y aquí estamos ahora: si las comúnmente llamadas “drogas” no estuviesen prohibidas, no sé qué hubiese pasado, pero sí sabemos lo que no hubiese pasado y, me dirán: el hubiera no existe; cierto, sin embargo, el futuro sí existe… y la gran fortuna, es que podemos crearlo y, además, dirigirlo… soñarlo y construirlo…

 

No es “Ayotzinapa”, no son los miles de muertos que entregó el fallido Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, ni la permisividad pusilánime del ineficaz y tibio Vicente Fox Quezada, ni aquellos que llevaban la cosa en paz, en la firme convicción que el problema está en el consumo y no en el tráfico y la producción. “Si México es trampolín, es ´porque al frente hay alberca…) GDO.

 

Pero, es que el crimen organizado es mucho más que ello; bien, su amplitud se pudo dar gracias a los inconmensurables flujos de dinero que los consumidores han estado, y siguen estando dispuestos a pagar, sin importar si para mantener la oferta, el consumo, en otro lado, se matan se corrompe, se degradan y se desintegran, bajo un manto de honorable moral, pero, en realidad, de corrupta excresencia.

 

Es asombroso que se diga y sostenga que sería peor regresar al siglo XIX, que todos los pubertos se corromperían y más; igualito que con el alcohol y el tabaco… que aporten datos duros y no sotanas llenas de cera del averno y que ocultan cinismo, falsedad y ambiciones personales; que se tenga el valor de los del sur atlántico y “avienten la toalla” y dejen fluir a la naturaleza en márgenes manejables, no en espacios propios para el cultivo de la perversidad…

 

Estamos en un momento en que podemos definir el futuro o, lo definirán las turbas dolidas, heridas, despreciadas, sometidas, desnudas y hambrientas; las instituciones y sus estructuras no están construidas para enfrentar tan grave inestabilidad, esa que genera cualquier pequeño muñeco, al frente de un cabildo.

 

El futuro, es nuestro, podemos construirlo a nuestro deseo y esperanza…o, nos lo impone un cambio radical que algunos llevan tiempo buscando, propiciando, apoyando, generando… pensando en regeneración…

 

Solo será, lo que logremos soñar, diseñar y hacer, es una tarea de la sociedad y no, de quienes dicen representarla…

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