Los días peores o… aún faltan…

Pues sucede que el nuevo gobernador del Estado de Guerrero nos ha salido como el del Estado de Oaxaca; son más cristianos que Cristo, y ponen, y siguen poniendo la mejilla, cada vez que les azotan un golpe; no importa a quien le duela o perjudique…

 

Dicen: La violencia no se combate con violencia; no deseo discutir esta frase simplemente porque nos llevaría libros y caeríamos necesariamente a los terrenos de la filosofía y de la ética; lo cierto es que si no se combate con violencia ni con prevención, porque entonces les pegan y pueden quemar a los guardianes del orden; entonces, y como pregunta desesperada, entonces, ¿con qué y cómo se combate a la violencia?

 

Hasta hoy el método del Dr. Salvador Rogelio Ortega Martínez y de Gabino Cué Monteagudo, parece no estar mostrando resultados, igualito que los del Dr. Miguel Ángel Mancera Espinosa y sus antecesores inmediatos; que ya casi nos queman el Palacio Nacional, o es que los anarquistas desconocen que es la sede la de Primera Zona Militar y que de intentar penetrar, se enfrentarían al Ejercito, que, lo defenderían en el cumplimiento de sus obligaciones.

 

Bueno, ciertamente son temerarios, pero no tontos ni ignorantes; reclaman represión, necesitan muertos y “al diablo con las Instituciones” así tendrían los mártires que necesitan para promover una asonada que los lleve al poder; pero sigan recibiendo cachetadas. Buenos o malos los que detenten el poder, el acceso al mismo, por ese método, sería catastrófico para la Nación.

 

El ejercicio del Estado de Derecho no es ejercer violencia, es sencillamente aplicar la ley, misma que juramentaron “cumplir y hacer cumplir”; medios, sus editorialistas y comentaristas, parece que opinan lo contrario; serían los primeros en ser severamente reprimidos de seguirse el modo esbozado.

 

Dicen que las protestas, las que ellos califican de “sociales”, sean cuales fueran sus orígenes y alcances, deben ser permitidas, protegidas, estimuladas y, hasta, patrocinadas; los derechos humanos así lo indican.

 

Y los derechos humanos de los que ven obstruidos en el ejercicio de sus actividades cotidianas; de ganarse el pan de cada día, de poder cumplir con sus obligaciones, ellos, ellos, no tienen derechos, porque sus reclamos de vivir en paz, en actividad productiva, en familia, en sociedad armónica, no son, de ninguna manera, derechos “sociales”, son derechos egoístas y personales… ¿qué son entonces los derechos humanos, los derechos del hombre…?

 

Qué falta para que Guerrero alcance el nivel de ejercicio de Estado de Derecho de Oaxaca, de la permisividad de los responsables del orden y, que esto se permee en toda la República; porque cómo se combate, se evita, se disuade la violencia; ellos saben cómo no, pero están donde están, porque deben saber cómo sí, y hacerlo de manera oportuna, eficiente y eficaz.

 

Parece que continuarán los días difíciles, esperemos no los peores.

 

Cosa curiosa, todo se desata en la profunda corrupción y complicidad de Ángel Aguirre Rivero ante el criminal acto de un pequeño presiente municipal, mandilón, impulsado por la gran visión de largo plazo del Sr. López y otros de la llamada izquierda; parece, los perores de todos… a ello hay que agregar que se actuó dentro de los lineamientos legales que todos exigen y que ahora critican. Si sí, porque sí, si no, porque no…

 

Al grado llegan que hasta los extranjeros, con carencia de inteligencia, manifiestan que lo sucedido no podía aceptarse porque sucedía a “solo dos horas, o poco más, de la Capital”. Como si la distancia física fuera instancia superior al Derecho; José Miguel Vivanco, testaferro de la CIA y el director para las Américas de HRW, es decir, a más de lo interno, oportunista desestabilización desde el extranjero…

 

¿Cuándo entenderemos que significa Estado de Derecho… cuándo aprenderemos a respetarlo y a ejercerlo…?

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