¿NUEVA CONSTITUCIÓN PARA LOS POTOSINOS? O ¡POTOSINOS, “NUESTRA” NUEVA CONSTITUCIÓN!

A la mayoría priísta del

Congreso del Estado.

Señores Diputados…

Que ya está listo el proyecto de la nueva Constitución que regirá en la “modernidad”, las relaciones entre los Potosinos y, en parte, les facilitará construir su futuro individual y colectivo. Eso dicen, yo aún no veo claro, nada claro. ¿Usted sí?

 

La información que se nos ha dado sigue siendo pobre y poca, irrespetuosa y con todas las características de un “neoabsolutismo”, del “presidencialismo” a la mexicana, de la tristísima inercia que nos arrastra, porque no la arrastramos, porque no la arrasamos…

 

Qué sabemos de la Constitución, cuya propuesta de modernización nació de un buen consejo, que luego se transformó en obsesión, dentro la ola traumatizada que encuentra su fuga en la innovación sin origen, sin destino, sin autenticidad, sin compromiso, sólo por el afán de ser más, por asegurar la preservación de sus destacadísimas ideas, por dejar huella, huella de las ideas que superan a las de todos los antecesores,  y que deben quedar plasmadas para la posteridad, en parte, en mi nueva Constitución.

 

¡Cómo me acuerdo de Carlos Salinas de Gortari! Lástima que no sea el único, aunque, sí, esperamos que sea el último… (que nos oiga San Ernesto).

 

¿CONSTITUCIÓN?

 

Dicen los que conocen de ésto que, Aristóteles (384-322 a. de J.C.) es quien por vez primera usa este concepto: Constitución, (en griego politeia) refiriendose básicamente a la “forma en que el Estado (polis) tiene organizadas las tareas de que es responsable,  independientemente de lo bien o mal que éstas sean desempeñadas o lo bueno o malo  que sea el modelo de gobierno que las desempeña”.

 

 

Aristóteles destaca, que la mejor Constitución es aquella en la que a los ciudadanos, después de aprender a obedecerla, se les reconoce el derecho de aplicarla, de ejercerla en plenitud.

 

Así mismo, Aristóteles diferencia entre Constitución, Leyes (nomoi) y Reglamentos (psephismata), dicho en términos de hoy,  todo ello consultado, aceptado, ratificado y modificado en asamblea y por el voto directo de los ciudadanos…

 

LA MODERNIDAD COMO IDEAL

 

Pero brinquemos en el tiempo. Dejemos a los griegos, saltémonos a los romanos, que también tienen lo suyo, y así, lleguemos, solo por un momento, al francés, tan poco recordado y fundamental en la política moderna: Montesquieu (Charles-Louis de Secondat, barón de La Brède et de Montesquieu) (1689-1755). Por ahí andaban también Jean Jacques Rousseau (1712-1778), y, el gran antecedente, René Descartes (1596-1650). ¡Qué Francia aquella! ¡Ah Jesuitas!

 

Montesquieu crea la división de poderes que ahora tanto usamos en los discursos y escritos. Luego del absolutismo de Luis XIV propone, en El Espíritu de las Leyes, publicado en 1750, la división del poder en tres cuerpos, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, a ejercerse, necesariamente por tres personas o grupos de personas diferentes. ¡Qué poco hemos entendido de esto los mexicanos!

 

No pueden pasarse por alto hechos fundamentales: Además de la época llamada de la Ilustración, a la que pertenece Voltaire, y algunos más junto con  los arriba nombrados, destacan los enciclopedistas: Diderot, Helvetius, D’Alembert y otros. Así mismo debe señalarse, destacadamente, el predominio del Parlamento en Inglaterra, a partir de 1654, luego de ejecutar al Rey Carlos I, en 1649, debido a la revolución de 1642, encabezada por Oliverio Cromwell (1599-1658), el primer político moderno.

 

Destaca también, la Constitución propuesta en 1787, en  Estados Unidos de Norteamérica, ratificada en 1789 y en donde hay que recordar a Tomas Jefferson y James Madison.

 

Por último, y fundamental para occidente, recordemos la Revolución Francesa, 1789-1799, que se estalla por impuesto sobre el pan (ojo), y  marca el fin mundial del absolutismo con la muerte del último rey Capeto, Luis XVI.

 

Todos estos prohombres son los constructores de la modernidad: Para Francia: “igualdad; legalidad; fraternidad. Para Cromwell: democracia;  justicia (jurídica). Para Jefferson: libertad; igualdad ante el derecho. Esta modernidad es la base de cualquier sistema constitucional. Hoy, no hay alternativa, aunque la sintamos débil y gastada, esta modernidad no ha sido rebasada ni por la práctica, ni por la filosofía, es aún, lo mejor que tenemos.

 

Hay que hacer la diferencia entre Constituciones de derecho escrito (EU) y de derecho consuetudinario (Reino Unido). Las que se escriben para normar los hechos futuros (EU) y las que se conforman con la costumbre que se convierte en norma, en lo debido. “La fuerza normativa de los hechos”. Así, las Constituciones tradicionales norman la vida cotidiana de las personas y de los pueblos de la nación. Sin embargo, la Constitución Mexicana de 1917, difiere en el fondo.

 

LA DIFERENCIA MEXICANA

 

La Constitución Mexicana no sólo impone, no sólo norma, no sólo regula; adicionalmente, propone, fija metas, convoca a un mejor futuro. Es un proyecto a construir, es un conjunto de objetivos y metas a lograr; y a ello agrega más que Francia con la “fraternidad”, que en todo caso significaría solidaridad con el prójimo, con el próximo; agrega el concepto de justicia social.

 

Justicia Social es una obligación del Estado Mexicano. Una propuesta de la Revolución, hoy tan desdibujada por las reformas personalistas. Es reparto de la riqueza, es atemperar las diferencias; es Morelos y sus Sentimientos de la Nación, que hoy a muchos avergüenzan; es Ponciano Arriaga en 1957 y su procuraduría de pobres, hoy olvidada; es Emiliano Zapata con el reclamo de restitución, ejecutada a medias y con catastróficos resultados; es la razón para luchar de Francisco Villa; es razón de la rebelión de los indígenas, en la que hoy se disfraza, se ensotana, se enmascara, un socialismo arcaico, caduco…

 

La Constitución Mexicana es: antiimperialismo, no maniqueista; antifeudalismo, como reparto de la riqueza generada; nacionalismo, como la preservación y exaltación de valores y tradiciones; es, en resumen, soberanía, entendida como el ser, el poder ser integralmente y conservarse siendo, pero en armonía, en la apertura inteligente, en la globalización que enriquezca a todos.

 

Si algún valor tiene nuestra Constitución de 1917, es la autenticidad de ser, en su origen, representación auténtica de los sentimientos de la Nación, al menos los vigentes en 1917. Sus reformas, la mayoría, son sólo ambiciones personales, miopes, ególatras producto del presidencialismo mexicano; del absolutismo que ingleses y franceses terminaron en el siglo XVIII y que aún hoy, muchos se afanan en conservar; algunos mexicanos entre ellos.

 

EN SAN LUIS, TAMBIÉN HACE AIRE

 

Espero que el proyecto de nuestra Constitución de San Luis Potosí, sea eso, proyecto. Espero que tengamos el derecho, todos, en la Ley, de opinar, contribuir en asamblea abierta por el Congreso, sin límite de tiempo, cuatro horas diarias, pero los días que sean necesarios. Que vaya el potosino que quiera, que diga lo que crea que procede, sin más límite que el tiempo, ¿diez minutos?. Que exponga por escrito hasta la saciedad. No sirven los que hablan habiendo sido seleccionados y diciendo lo que el poder desea oír.

 

Espero que se elabore una memoria cierta y que el Congreso actúe en consecuencia: Con plena honradez intelectual; sólo así, únicamente así, será nuestra Constitución. No queremos que nos elaboren la Constitución de los potosinos, queremos la nuestra; pregunten y verán.

 

Congreso del Estado, Señores Diputados, los Potosinos demandamos honestidad, honestidad intelectual. Escuchen, analicen, corrijan, cambien el proyecto como en Querétaro en 1917, a favor de México, ahora en San Luis, a favor de los Potosinos. Al menos hagan su “voto particular” de inconformidad a la sumisión, igual que Ponciano Arriaga en 1857.

 

Y, por favor, creen, en las instituciones de inspección, regulación y control, la plena y expedita capacidad de exigir responsabilidad, a electos y designados, desde el Gobernador hasta el barrendero, para que ya no nos canten como las sirenas, ”nadie por encima de la Ley”, cuando ellos están excluidos de la posibilidad de que se les demande su responsabilidad…  Ellos, hoy, son gente sin ley… Eso, es impunidad… Dijeron que no la habría para nadie… Luego, actúen…

LA REFORMA ELECTORAL Y LA VISITA A LA UNIÓN EUROPEA

 

A los ciudadanos interesados en nuestro país, nos tienen en plena incertidumbre y desconcierto: que la reforma electoral definitiva se realiza por los partidos políticos a puerta cerrada; que cambian las presidencias de los máximos órganos de gobierno del PAN y del PRD; que los dirigentes actuales ven que se les puede escapar la gloria de la firma; que lo de Chapultepec no se respeta en Barcelona; y, que en Europa nos piden, para ser amigos: más, mucha más democracia; menos, mucho menos corrupción; y, más, mucha más lucha contra el narcotráfico.

 

Ahora resulta que la reforma no será completa si no se considera a la mujer. En cuestiones ciudadanas distinguir sexo es iniciar discriminación, y si la palabra les parece inapropiada, es, al menos, iniciar diferenciación sin sustento. lo que es lo mismo, que el inicio de un proceso discriminatorio o de claro matíz feminista.

 

 

                             LOS PUNTOS MEDULARES DE LA REFORMA

 

La tan “manoseada” primera fase de la Reforma del Estado, la Reforma Electoral, tropieza con seis puntos fundamentales: Distritación; financiamiento público; financiamiento privado; fiscalización; acceso a medios; y, uso de colores patrios.

 

Adicionalmente, se lcha contra un chantaje sutil y contra un criterio radical a ultranza. Éste se expresa en: Si tu no aceptas todas las reformas, tal y como yo las propongo, no sólo muestras tu tradicional inflexibilidad, sino que te conviertes en el obstáculo para la reforma que demanda el pueblo de México y, para deslegitimarte, abandono la mesa…

 

No creo que usted esté pensando en el PRD, ni en Porfirio Muñoz Ledo; y eso que se dicen el conciliador. ¿Qué sucedería si ahí estuviese el intransigente de Cuauhtémoc? ¿Respecto al chantaje sutil?, no se apure, con su PAN se lo comen.

 

 

LA DISTRITACIÓN

 

La distritación puede definirse, como la manera en que se agrupan los núcleos poblacionales, de manera que conformen superficies físicas continuas que contengan un número semejante de electores. Sin embargo, si hablamos de diputaciones, la forma en que se construyan estas agrupaciones, puede definir el número de representantes que puede alcanzar cada partido.

 

 

Con o sin redistritación, el número total de votos no varía, pero sí el de votos relativos a una superficie o distrito. Ésto sucede si se incluye y excluye a ciertas poblaciones. Por ejemplo, si tenemos a Mexquitic y a Escalerillas, la proporción de votos emitidos a favor de un partido, pueden variar sustancialmente si separamos a escalerillas de Mexquitic y le agregamos a Santa Teresa. Así puede ganar uno u otro partido. El PRD quiere una distritación para él solo. El Pan sólo quiere que no le fraccionen las áreas urbanas mezclándoselas con las rurales, y el PRI, desea que la división no varíe mucho.

 

 

FINANCIAMIENTO Y FISCALIZACIÓN

 

Las cantidades máximas a gastar en una campaña política, son más una demanda moral, social, que un imperativo económico. Pero los dineros públicos deben ser vigilados, fiscalizados. No se debe otorgar un apoyo económico del contribuyente, para que se gaste en la secrecía de una institución de interés público, sin que ésta rinda cuentas, sin que sea responsable, necesariamente, ante el Estado.

 

Esta ausencia de responsabilidad, o la permanente irresponsablidad de no dar cuenta de las obligaciones derivadas de la representatividad popular  y de los encargos electorales o de designación, constituye una de las más caras carencias, base del autoritarismo y de la impunidad. Eliminarla es urgente, indispensable, impostergable.

 

 

ACCESO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 

El PRD, insiste en igualdad absoluta, es decir, que todos los medios den exactamente igual tiempo o espacio a cada uno de los candidatos en contienda. Esto es algo más que vivir en el mejor de los mundos y precisamente en el mejor de los momentos. Ciertamente, debe haber seguridad de acceso, en igualdad de circunstancias y con un mínimo garantizado. Pero, si desechamos la capacidad y habilidades para lograr mayor espacio o tiempo en los medios, estamos limitando la capacidad y habilidad de competencia.

 

Además, se quiere que se catalogue como tiempo de candidato, las menciones que se realicen en noticieros de carácter general o aquellas que algún medio desee hacer por simpatía ideológica o programática con algún candidato. Pedir igualdad en este terreno, equivale a atentar contra la libertad de expresión, en nombre de la igualdad de expresión. Es una posición fundamentalista, bueno, si usted quiere, déjelo en extremista, extremista…

 

 

                                           USO DE LOS COLORES PATRIOS

 

En este tema, los argumentos son difíciles de sostener y es uno de los tópicos en los que más insistencia existe. “La ignorancia extrema de los votantes es superada por la fuerza intrínseca de los colores patrios y se inclinan por ellos, antes que por otros. Es una forma ventajosa, abusiva, de inducir el voto.”

 

El deseo de ganar una ventaja relativa al eliminar para el PRI el tradicional escudo tricolor, orillándolo a cambiarlo, al menos en colores, constituye, eso sí, una desorientación al votante. ¿Que pasa si le pedimos al PAN que cambie de su color azul a uno diferente, digamos a uno anaranjado?. Porque, a fin de cuentas, los colores no son lo importante.

 

 

 

 

            DESDE EUROPA, LA UNIÓN EUROPEA, CON CARIÑO…

    ¿POR QUÉ NO, DESDE MÉXICO, CON PLENITUD INTELECTUAL?

 

Más, mucha más democracia; menos, mucho menos corrupción; y, más, mucha más lucha contra el narcotráfico, se escuchó en España, Madrid y Barcelona. Se repitió en Londres, seguramente se dirá en Davós. Respuestas “mediadas” en España. Claras y directas en Londres.

 

Dijo el Presidente Zedillo ante el Parlamento Británico “… yo he dicho desde el primer día que estoy dispuesto a comentar nuevas reglas electorales, y ser equitativos tiene que ver con dos sentidos: uno, el financiamiento de los partidos políticos, el financiamiento de las campañas políticas, y también el acceso a los medios”. Luego continuó “Existe la creencia y el compromiso por parte del PRI de llevar a cabo una reforma abrumadora de sus procedimientos internos, y entre ello, estará un procedimiento para elegir candidatos”.

 

Todo México espera que así sea. Si algún dinosaurio o extremista tabasqueño o tampiqueño, quiere destruir, basado en lo más profundo de su frustración, esperamos que poco tiempo le quede. Que ya no nos posterguen la Reforma Electoral ni la Reforma del Partido, el PRI. Ambas son necesarias y trascendentes para la Nación, para el Estado, para calmar anhelos neocaciquiles, de cacicazgos de corte intelectualoide.

CIUDADANOS, PARTIDOS POLÍTICOS, CANDIDATOS INDEPENDIENTES, Y LA  REELECCIÓN DE LOS INTEGRANTES    DEL PODER LEGISLATIVO

 

Ante la Reforma del Estado Mexicano y las reformas estructurales que se prevén para San Luis Potosí, se han provocado una serie de sanas posturas y en otros casos, lo que parecen ser “lineas” precisas respecto a la profundidad o no, que se permitirá alcanzar en estos cambios, hoy tan necesarios para la salud pública de la Nación.

 

De entre las que parecieran ser “lineas”, se mencionan o se induce la posición a la no reelección, ni candidaturas independientes de los miembros del Poder Legislativo Federal y poco, o nada claro se ha filtrado respecto a la circunstancia local. Se entiende que se “adoptará” la posición central, rompiendo así una de las vías en que pareció tomar cauce la “obsesión innovadora”.

 

 

LA CRISIS DE REPRESENTATIVIDAD DE LOS PARTIDOS

                    POLÍTICOS Y LA REACCIÓN CIUDADANA

 

Refiriéndome más a los hechos, la crisis, por cierto universal, de la representatividad de los partidos políticos, se expresa en la operación de agrupaciones que buscan la solución de problemas o la satisfacción de necesidades específicas, por la vía de la autogestión o el activismo autónomo. Procuran siempre, no involucrarse con alguna organización política y generalmente no enarbolan ideología específica alguna. Quizá una de sus características sea la pluralidad.

 

En esa forma la sociedad, los ciudadanos, han creado una manera propia de plantear, pedir, exigir,

negociar, inconformarse, manifestarse, presionar, deslegitimar, evitar, obligar, obstruir, trastornar…

Todo ello ante la cada vez más creciente ineficacia, que como alternativa, ofrecen hoy los partidos políticos.

 

 

En México estas agrupaciones las conocemos como las Organizaciones no Gubernamentales ONG’s, que ahora son la conquista más deseada de los partidos y les agradan tanto, que algunos han generado o creado sus propias ONG’s, para intentar llenar, en la apariencia, el espacio político que los legitime. Sin embargo, las manifestaciones ciudadanas se siguen produciendo de manera autónoma.

 

Así púes, los partidos políticos, ni uno, ni ninguno, ni todos juntos, parecen ser hoy la mejor vía de expresión,  ni tampoco los legítimos portadores de las inquietudes y deseos de los ciudadanos con participación activa, y, si esto se acepta, menos aún de la sociedad como un todo.

 

 

       EL MANDATO, SU ACATAMIENTO Y LA RESPONSABILIDAD

 

Una diputación local, federal o una senaduría, al menos desde hace cincuenta y cinco años, únicamente representa un escalón en la carrera de un político mexicano. Para muy pocos es una meta, menos es, quizá, lo que en otras partes del mundo: una carrera, una vocación, necesaria y socialmente deseable.

 

Aquí es sólo un escalón que pende y depende de voluntades ajenas a quien en teoría lo hace posible: el votante, o de quien lo alcanza: el electo; su desempeño no guarda relación ni dependencia con el mandato recibido del elector, ni existe mecanismo alguno que haga exigible la responsabilidad que derive del nivel de cumplimiento.

 

¿Cuál es entonces la función real que el ciudadano elector ha venido desempeñando en México al elegir a los legisladores?, ¿Cuál es, entonces, el nivel de democracia que hemos desarrollado?

¡Cuánto, cuánto, nos hemos engañado…! ¡Cuánto, cuánto, nos seguimos engañando…! ¡Cuánto, cuánto, hay por construir…!

 

Ser legislador es, debe ser, una profesión, una carrera, una vocación. El elector es quien debe premiar o sancionar al legislador con la confianza de su mandato: otorgándolo, reiterándolo, negándolo. Es al ciudadano elector a quien debe responder el legislador, rindiendo cuentas de la relación y nivel de cumplimiento entre la oferta electoral y el desempeño de la función. Con su partido, el legislador cumple con el programa y su sustento ideológico, enmarcado en la visión del país deseado, que en la campaña política se transforma en la oferta a negar o a aceptar vía el voto ciudadano.

 

 

LA LEGISLATURA EN EL EQUILIBRIO DEL PODER

 

La potencial permanencia en la legislatura, no únicamente facilita la experiencia técnica y la de transformar con mayor certidumbre la voluntad mayoritaria en norma de la vida cotidiana, también hace posible, facilita y llega a garantizar, en mucho, el equilibrio con los demás poderes. El legislador cambia su actual escalón de ascenso por el lugar adecuado para la realización de su vocación, para el ejercicio de su profesión, para la construcción de una carrera.

 

Este legislador cuidará muy bien a su electorado, a su distrito. Bien pronto se olvidaría de la conducción ajena a su mandato y al programa de su partido. El liderazgo de la legislatura se tornaría en una función de alta competitividad y de auténtica representatividad y legitimidad. Dejaría de ser lugar para practicar la sumisión y los gestos obscenos. Se transformaría en la representación del Poder Legislativo; así, con honor y dignidad republicanos.

 

 

LA CANDIDATURA INDEPENDIENTE Y EL EQUILIBRIO POLÍTICO

 

 

Si todo ello suena bien, si resulta lógico, entonces nos falta resolver, en parte, la crisis de los partidos políticos, al tiempo que garantizar que sea la voluntad popular mayoritaria, la que decida quién va, quién repite, a quién se le retira la confianza. Porque estamos hablando de democracia, ¿ o no?

 

Claramente reguladas, reglamentadas y lo que usted guste y mande, las candidaturas independientes, financiadas o no por el Estado (verdaderamente minucia despreciable), son el equilibrio al “dedazo” que se practica con tan singular goce, abundancia y mucha displicencia hacia el ciudadano.

 

Cuándo el partido no escuche la voz de sus miembros, nominando (¿ sucede?) a un candidato que no tiene el respaldo de la mayoría, la posibilidad del candidato independiente asegura el respeto al ejercicio de la democracia y evita o al menos mengua, el autoritarismo, la imposición interna en los propios partidos.

 

La candidatura independiente, fuera del ámbito interno de los partidos, garantiza, de manera directa, desde la expresión del pueblo mismo, en suplencia a la falta de legitimidad de las decisiones del partido, en eliminación de las decisiones de camarilla o de dictadorsuelo, garantiza pues, el ejercicio de la democracia, la expresión libre y auténtica del ciudadano

 

Así, se ejercería una mejor democracia, un mejor equilibrio de poderes, una mayor representatividad. Los pretextos de gobernabilidad y otros más que le son afines, no son responsabilidad de la candidatura independiente, ni de la expresión ciudadana de extremo ejercicio de libertad y democracia, son, únicamente, ineficacia manifiesta, hoy, de los partidos políticos de ayer, y de los de hoy.

 

No generalizo, cada poder tiene sus características propias, sus tiempos propios.

 

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Con fecha 19 de enero recibí comunicación que transcribo a la letra:

Nos ha causado intriga el motivo que le ha llevado a escribir sobre nuestro padre, el Dr. Manuel Nava Jr., pues muchas cosas que usted menciona están muy lejos de la verdad y muestran su desconocimiento y pésima documentación acerca de su vida y de los ideales por los que luchó y se entregó de manera ejemplar.

Mucho nos indigna que escriba usted sobre nuestro padre de una manera insidiosa y confusa. Nos resulta increíble que habiendo sido vecinos por muchos años no se haya dado cuenta de nuestra forma de vivir y del ejemplo y legado de nuestro padre. Es evidente que requiere usted de mejor información, por lo que le sugerimos acudir a la comunidad universitaria potosina; ahí encontrará, con los universitarios decentes, los testimonios que le ilustrarán. Para muestra, le anexamos copia de una carta escrita por el Ing. Jorge Izquierdo Bravo, fechada el 11 de Agosto de 1978, veinte años después de la muerte de nuestro padre. El Ing. Izquierdo lo conoció, y no de oidas. En esta carta puede usted aquilatar un testimonio del trabajo honrado y altamente fructífero en bien de la comunidad. Tal vez ésto le sea útil para poder escribir con verdad y objetividad. Atentamente Manuel; Ma. Guadalupe; Blanca Imelda; Luz Elena; Ma. Eugenia; Fernando; Jaime; Javier”. (Aquí no se publica el anexo en mención).

 

Al Doctor Manuel Nava Martínez lo conocí, me distinguió siempre con la deferencia de su saludo y en casos, con su plática, recia, pero benévola. En agosto de 1958, yo tenía 16 años, vivía intensamente a mi ciudad y a su circunstancia. Manuel Nava Martínez es un valor segado… Truncado por la propia vida, una tarea inconclusa…  Un hombre público…

 

NEO-NAVISMO O LA DISPUTA POR LA HERENCIA 4

APUNTES PARA UN ENSAYO

(Cuarta y última parte)

Antes de iniciar la última y más “sensible” de las partes de estos apuntes, debo agradecer a tres personas (al 17-I-96), que tuvieron la gentileza de señalar un doble error cometido en la tercera parte: Adalbetro Noyola Vázquez, J. Carmen García Vázquez y José Santos Alonso. El primero, con la confianza de la relación antigua. El segundo, con fina elegancia, en la rectificación discreta en su columna (PulsO, 16 de enero). El último, por carta al Director Editorial de PulsO, directo y específico. Debió decir Germán del Campo en lugar de Fernando Capdeville, y Gonzalo N. Santos, no fue Jefe de la Policía del D.F., entonces era Diputado Federal por San Luis Potosí. Gracias de nuevo por la corrección.

EL PODER CAPITALIZA LOS ESFUERZOS

Recordábamos, en la segunda parte de estos apuntes, al grupo de estudiantes que inauguraron la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma Potosina, y a su director Ramón Alcorta. Un grupo que junto con otros profesionistas en su mayoría, deseaba acceder al poder por las vías tradicionales, mismas que les fueron cerradas. Pero las circunstancias se tornaron concurrentes, coincidentes, propiciatorias…

 

Nava, el Dr. Nava, el Dr. Manuel Nava Martínez, se constituyó en un líder moral y político de las causas universitarias y de las que repudiaban la prepotencia, la impunidad y la corrupción; pero la vida se le escapa en la madurez, en el inicio de la posibilidad de la búsqueda del poder… Ramón Alcorta también se alejó para siempre.

 

Terminaba la primera etapa del navismo como movimiento reivindicatorio.

 

Nava, el Dr. Nava, el Dr. Salvador Nava Martínez, era alumno de la Facultad de Humanidades, amigo de Ramón  Alcorta, partícipe del discreto proyecto de la búsqueda del poder y casualmente propiciatorio a los fines del poder central. En una trama política propia de la antigua familia revolucionaria, se instrumenta la “caída” de Gonzalo N. Santos  “desde afuera del poder”.

 

El pueblo, cansado, reacciona ante el cacicazgo y bajo la dirección de un auténtico caudillo local, reivindica sus propias causas; las causas populares; las que, a fin de cuentas, cumplen puntualmente con los designios de allá “arriba”: Realizan el “ajuste de cuentas” a cambio de vislumbrar posibilidades futuras.

 

 

Las posibilidades de cambio variaban sustancialmente entre los cálculos del “centro” y los cálculos del Dr. Salvador Nava Martínez.

 

Luego de la huida del Gobernador Manuel Álvarez (1958), y de fintas y refriegas que evitan las elecciones extraordinarias, llega a San Luis Potosí, como Gobernador Sustituto, el amigo del Presidente López Mateos, el periodista Francisco Martínez de la Vega. El veneno y el antídoto, o el antídoto y el veneno, según desde donde se vea, estaban juntos. Las fuerzas para imponer el equilibrio estaban plantadas. Además, eran parientes, se conocían, se sabían. Curiosa semejanza con diciembre de 1992.

 

Nava, como presidente municipal, limitado un tanto por el gobernador, realiza una auténtica tarea de “zapa” al sistema. Popular, conocido, de comunicación fácil, cercano, sin protección excluyente, incrementa su popularidad. El centro, satisfecho con la tarea de Nava, inducida con base en los antecedentes, tiene planes distintos. Propone “carrera política”, ascenso progresivo que capacite, enseñe, explique. Nava demanda el Estado, “… Nava se creyó la ola” (Gustavo Díaz Ordaz, Srio. de Gobernación).

 

Represión enérgica, fuerza legitimada, el sistema se sostiene. Nava fue instrumento circunstancial. Manuel López Dávila (1961-1967) toma posesión “dentro” de un dispositivo infranqueable del Ejercito Mexicano. Los resultados electorales numéricos, creo, no fueron lo importante… La familia potosina se escinde para siempre; las reconciliaciones nunca han sido ni serán definitivas. El daño, la marca de por vida, estaba grabada. ¿Exceso de fuerza y celo? ¿falta de visión, de oficio político,  complicado con indigestión de un triunfo no muy propio? La flexibilidad de las estructuras tiene límite y ritmo. Al reloj político del país aún nadie le entendía las horas…

 

EL PARÉNTESIS AÚN NO EXPLICADO

La segunda etapa del navismo se cerraba. Mucho hay que indagar sobre las causas reales que dieron origen al episodio de doce años que aquí se inició (que escriban los que saben, los testigos, los que guardan testimonios…).

 

Antonio Rocha Cordero (1967-1973), ilustre, probo, estricto, justo, imparcial: llegó, cerró heridas, maquilló cicatrices, integró un gabinete plural, amplió el número y calidad de su equipo real, con los patronatos, ocupó a los factores del poder y minimizó la insidia, digo yo, muy arraigada en nosotros. Lo que usted quiera, pero hizo un gobierno ejemplar.

 

Guillermo Fonseca Álvarez (1973-1979), hijo político de Rocha (igual que Florencio) y, en lo esencial, prorrogación de aquel gobierno, se distingue por un ritmo sostenido, constancia de trato y respuesta, en resumen seriedad, equilibrio y respeto. Se fortalece el sistema.

 

EL REGRESO, APARENTEMENTE FORZADO…

Reaparece la prepotencia, la impunidad, la corrupción descarnada. Se cancela el corte mensual de caja, desaparecen los patronatos. Se reinicia la toma de decisiones que relegan a la sociedad, ésta ya no existe, el absolutismo, ausente de reglas, superior al de Santos, retorna con  Carlos Jonguitud Barrios (1979-1985) que hace, meticulosamente, lo necesario para encender rescoldos y, luego, les arroja leña.

 

El Navismo resurge, diferente, con apoyos variados. Inicia su tercera etapa.

 

San Luis ya es otro. La universidad está plenamente controlada a favor del sistema; los obreros: ferrocarrileros, textileros, ya no existen, ni en número ni en compromiso; las colonias populares lo recuerdan bien y lo respaldan. Los empresarios, en su mayoría, están alejados (¿el financiamiento?). Los tiempos son otros, el movimiento, vestido de reivindicatorio se manifiesta, en los hechos, contestatario,  coyuntural; tendiendo al fanatismo político. Crítica severa sin responsabilidad alguna.

 

Por otro lado, el poder central ha sufrido serias mermas. De 1968 en adelante se inicia un proceso de deterioro, Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) deja mal sabor de boca y fuertes resentimientos. La inflación se inicia y la capacidad de generación de empleos disminuye su dinamismo. José López Portillo (1979-1982) estruja fuertemente a la Nación. Los precios calan, los ahorros desaparecen aceleradamente y por decreto. La ilusión del oro negro (rota por Ronald Regan), no es bien explicada. Queda una humillación  grave. Miguel de la Madrid (1982-1988) promete moralidad, tibio y medroso, nos hereda lo peor.

 

Ahora (1982à) el Navismo tiene discípulos activos.  Unos con la prosapia del viejo origen, otros más nuevos, otros jóvenes, pero todos bajo el encantamiento que les generaba el Dr., todos con la vista en la herencia, ¿camino político hacia el poder…?, cuando desde el poder se comienza a entender el ritmo de las horas… En algunos, aún hay principios vigentes y si por el otro lado, se entiende bien el ritmo de las horas, quizá nunca lleguen…

 

Florencio Salazar Martínez (1985-1987) no midió bien sus fuerzas, fue vencido por el poder y la falta de concertación oportuna. Perdió probablemente la más brillante época para un buen incremento del empleo y del salario real de los potosinos. Intentó la democracia, pero excluyó a la Capital del Estado. De la paliza (1-I-86), si no fue el actor intelectual, solapar la verdad lo hace culpable moral.

 

Leopoldino Ortiz Santos (1987-1991), ¿buscaban el cromosoma?, hombre bueno pero de rienda floja y caja descuidada, en la dispersión del poder parece aquietar los ánimos. Nava visita al Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), pero mantiene la característica del tercer período del navismo. Críptico, amenazante, calculador, casi  cínico, retando al poder central que por entonces parecía reconstituido.

 

EL ÚLTIMO ESFUERZO, LA FINTA O EL PESO DE GUANAJUATO

Fausto Zapata Loredo (me da vergüenza poner el período, creo que pagó muy caro, sea lo que fuere lo que pudo haber hecho, 1991-1991). Después de la toma de posesión, y de que el Presidente recibiera las “pruebas” del fraude, pareció que las cosas tomaban su cauce. Los discursos públicos así lo sustentan. Fue finta o la inesperada renuncia de Ramón Aguirre al gobierno del estado de Guanajuato, la que dio nueva vida a la esperanza.

 

Nava se sabía enfermo, conocía que difícilmente podría terminar la marcha, el centro, parece que no estaba al tanto de su real estado de salud. Nava se jugó lo último y hasta el final.

 

Salvador Nava Martínez inició buscando la gubernatura, fin último de su grupo originario, la cuarta y última etapa del navismo (1991 a 8-V-1992). Asociado con la izquierda, el resentimiento y el rencor… (“lobos con piel de cordero”), pierde algunos de los más fieles adeptos, gana pocos y malos seguidores. A cambio, adquiere brevemente dimensión nacional real, entre que lo empujaron las torpezas del candidato oficial y que lo recibió la izquierda, al mismo tiempo, su última esperanza para alcanzar el poder, para construir un precedente, pasando del nivel regional, al ámbito nacional.  Se trueca el pequeño resto del espíritu cívico, por la fijación destructiva, la obstinación, se propone la aniquilación, el exterminio, sin preveer la suplencia de estructuras, no importa que el tránsito o el fin, sea la anarquía.

 

Así lo vi, así lo percibí, así lo leo aún hoy, así lo apunto, para, algún día, intentar un ensayo…

 

El significado de Candidato Ciudadano es creación, exigencia y patrimonio de la oposición cívica originaria del navismo.

NEO-NAVISMO O LA DISPUTA POR LA HERENCIA 3

 

APUNTES PARA UN ENSAYO

(Tercera parte)

Político o no, según se sintiera y juzgase, Manuel Nava Martínez hacía política cotidianamente y es muy posible que la solución de esta diferencia sea meramente semántica (del significado de las palabras). ¿Qué entendía el Dr. Por política?, ¿Qué entendían por ella sus contendientes?, esa es la clave.

El mundo, la circunstancia que les tocó vivir a los potosinos que ocupan estos apuntes, se desarrolló, del sueño del porfiriato ido, al devenir de tres cacicazgos: Carlos Diez Gutiérrez, Saturnino Cedillo y Gonzalo N. Santos, apenas interrumpidos los primeros por la alteración de la revolución en marcha, pero, aún así, los gobernantes de esa época refinaban en autoritarismo, impunidad e “inmoralidad” (corrupción). (En el espacio del poder nunca hay vacíos, aún las debilidades son compensadas de inmediato. Es, necesariamente, un espacio en equilibrio dinámico, o en guerra…)

Cacicazgo estable, que perdura, es casi sinónimo de reglas claras, espacios hegemónicos de fronteras precisas, apoyado por el uso de la fuerza, lo que de alguna manera, es el complemento terrenal de los criterios de la Iglesia: el dogma y la observancia de las leyes morales bajo la vigilancia de un conductor espiritual (“confesor”), con el refuerzo del inculcado sentido de “culpa”, del inapelable juicio de la “sociedad”, y, del aterrador “juicio final”.

Entre estos dos bandos, el de las reglas de la dictadura y la rigidez de la iglesia, en una ciudad semi-aislada del resto del país, y durante el desmantelamiento estructural del siglo XIX y la construcción de instituciones, se da el marco que modela la personalidad de estos potosinos.

MANUEL NAVA Y EL CACIQUE

No es fácil calificar a Manuel Nava Martínez como el iniciador de una lucha organizada y sistemática contra el cacicazgo de Gonzalo N. Santos, aunque sí es posible calificarlo de político activo.

Es indiscutible que el Dr, Nava le dio carácter a la Universidad Autónoma Potosina; que la Facultad de Humanidades inició un proceso que rebasaba fronteras (del cacicazgo y de la iglesia); que “por fuera” ya operaban los sinarquistas; y, que se sucedieron hechos que alteraban el equilibrio de las “oligarquías” que cohabitaban respetuosamente en el manejo y usufructo del poder.

Una llamada de atención se genera por la lucha sobre la propiedad y posesión de los terrenos que ahora ocupa el Hospital Central, la Escuela de Medicina y otras escuelas universitarias al poniente de la ciudad. El enfrentamiento, de poder a poder, contra Carlos López Zertuche (sí, su abuelo, el de Carlos López Medina), independientemente de la razón jurídica y la moral, lo ganó la Universidad encabezada por un líder (político cromosómico) de recio carisma.

Sí, pero ello no lo enfrentó al Cacique, sólo cuestionó su capacidad de arbitraje, de “fiel de la balanza”. Lo mismo le pasó a la Iglesia, que aún teniendo por regla absoluta la obediencia, vio algunos de sus ministros tomar autónomamente discreta posición, o ésta inició perceptible intromisión.

Para el poder, el poder todo, un foco rojo se encendió, sí, pero no una lucha abierta.

Las diferencias surgidas, ahora si, de manera directa entre el Dr. Nava y Gonzalo N. Santos, por la sucesión en la rectoría universitaria en 1956 (para un período de cuatro años, antes eran dos), son aún bastente confusas. La carta abierta de Nava y la contestación de Santos dicen mucho,  pero también  muy poco.

Lo que sí queda claro es la postura política del Dr.,  cuando sistemáticamente nombra a todos los que atestiguaron los hechos de la otra parte, pero no menciona a sus testigos; “tuvo lugar ante la presencia de algunos funcionarios y Consejeros… “, ”… fuí abordado por un grupo más de alumnos, quienes insistieron en lo mismo…” (su reelección), y así continúan sus referencias. Ahí están las comunicaciones en las hemerotecas. (9 de marzo, 13 de marzo y 14 de marzo de 1956).

Además de esa acción política, reservarse sus testigos, hay otras muy claras: La visita a la célebre “Jarrilla”, a la misma madriguera del “tigre”, demuestra un acatamiento a las reglas vigentes. Por la Universidad, si usted quiere, pero el reconocimiento de la autoridad de Santos y el tenor de la consulta, que podría resumirse en la pregunta ¿voy o no voy?, no muestra una oposición organizada y sistemática, sino un juego abierto con las cartas mutuamente aceptadas o al menos, una cohabitación civilizada (diría alguno).

EL PODER Y LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA POTOSINA

Con estas cortinas de humo y el silencio aún vigente de muchos de los actores y testigos de la época (para el bien de San Luis, esperamos que al menos dejen escritos), aún no quedan claras las causas reales que decidieron la reelección de Manuel Nava Martínez, a la Rectoría de la Universidad para el período 1956-1960.

Hay quienes aseguran que el Dr. maniobró para conservarse en el cargo con “todo”, la aclamación, el apoyo de catedráticos y estudiantes, y sobre valorando la acción “reivindicatoria” ganada a Carlos López Zertuche, no las tuvo todas consigo. Algunos sostienen que realmente pensaba retirarse.

La otra tesis, sostiene que sus consejeros cercanos, el intelectual Ramón Alcorta y el espiritual, Rafael Montejano y Aguiñaga, lo resolvieron a continuar. La Universidad y la buena actuación académica y administrativa, eran un buen camino para los objetivos superiores de rescatar el ejercicio del poder para hombres “bien nacidos”. ¿El fin justifica los medios…? (¡Ah! Jesuitas, por ahí ya andaban los “conejos” en plena acción).

Dentro de la Universidad el poder también tenía sus partidarios y promotores. Trabajaban laboriosamente para su causa, y como otra prueba de que no había lucha organizada, permiten trabajar libremente al Rector Nava en su dos últimos años de gestión, y la Universidad no se ve privada de los subsidios estatales.

No había lucha abierta, pero el poder sí operaba sus mecanismos de reproducción, avanzando desde adentro, previniendo… El Rector Nava no era el más deseable. Las difíciles luchas desatadas después de su muerte a mediados de agosto de 1958, prueban esos avances silenciosos que terminaron llevando a la Rectoría, personalidades del sistema o más anuentes al equilibrio dinámico del poder. (Su continuidad perdura hasta hoy, cuando el equilibrio de los actores del poder ha variado significativamente).

LOS GRANDES CAMBIOS, ORIGINADOS EN EL  PODER, POR RESENTIMIENTOS VIEJOS

Así pues, Manuel Nava no es un prototipo en la lucha contra el cacicazgo. Se encontró con él, pero no organizó una lucha para su fin. Ciertamente, una cabeza de playa había quedado establecida en la capital del estado. La historia trazaba sus caminos aprovechando acciones aparentemente aisladas.

Era el año de 1958 cuando un luchador vasconcelista llega a la candidatura por la Presidencia de la República. Un estudiante que había vivido los días en que el Jefe de la Policía del Distrito Federal aplicaba la ley del más fuerte y en venganza o acción policiaca, resulta muerto o asesinado, según quien lo vea, nada está claramente probado, un estudiante llamado Fernando Capdeville.

Fernando era compañero estimado del vasconcelista que se llamó Adolfo López Mateos. El jefe de la policía se llamaba Gonzalo N. Santos. Ambos se volvían a encontrar, las circunstancias habían cambiado. Uno, sería Presidente de la República, el otro, dejaría de tener una influencia absoluta en San Luis Potosí.

El poder construía los instrumentos, utilizando condiciones, factores y actores “crear una gran ola que arrasara a Santos, la ola requería un conductor, sobre la ola se colocó una barca y en la barca se puso a Salvador Nava, pero Nava… “

P.S. Los síntomas que determinan el punto de desahucio son: rebazado el rito, iniciar mascaradas triunfalistas, de engaño colectivo y sueños fantaseosos, ahogados en populismo…

NEO-NAVISMO O LA DISPUTA POR LA HERENCIA 2

APUNTES PARA UN ENSAYO

(Segunda parte)

 

Fortuna nuestra constatar que las señales ominosas continúan debilitándose. Anhelamos el fortalecimiento de la tolerancia…, el incremento de la cordialidad en las relaciones entre personas, entre éstas y las instituciones…, que autoridades y jerarquías de toda índole construyan para el bienestar, sólo para el bienestar de las mayorías…

 

“Candidato ciudadano”, es, en síntesis, un concepto moral, un valor reconocido por la ”moral social”; una figura idealizada que políticamente surge, como bandera de defensa del virtuoso o arma para el descrédito del contrario.

 

La calidad moral es un concepto absoluto: Se tiene o no se tiene. Se cultiva con el cuidado de la conducta de toda una vida… se pierde con un sólo acto que, en su momento, puede parecer cotidiano. El juez, la sociedad, es implacable (¿fundamentalismo occidental latino?).

 

El uso de este “emblema” o “ariete” puede ser más o menos efectivo, dependiendo del carisma y liderazgo de quien lo utiliza, y de la calificación que a su moral le da el conglomerado social. Es por ello que algunos, lo usaron abiertamente, a la luz pública, y otros… Su uso es delicado y puede hacer tanto daño como la “Santa Inquisición”.

LOS ANTECEDENTES GENERALES

 

Un grupo político, de filiación “conservador”,  resolvió un día buscar el acceso al poder por la vía tradicional. Dentro del PRI, y debidamente apadrinados, buscaron escalar hasta la gubernatura del Estado. El plan era conocido sólo por los “iniciados” y se desarrollaba con sigilo y cierta astucia. Pero, los antiguos militantes del PRI se percataron de la intromisión de extraños a las filas revolucionarias, a la “familia”, apoyados por “influyentes” ajenos a los intereses del Estado. Presentido el movimiento, fueron  excluidos de la posibilidad de ascenso desde adentro.

 

El plan no era descabellado: Una agrupación profesional constituida de acuerdo a derecho, se afiliaba al PRI vía el sector popular, la CNOP, y desde ahí realizaba las tareas. Se estaba en el PRI, pero la afiliación según conviniera no era necesariamente directa, podía calificarse de afiliación corporativista. El apoyo y principios compartidos del Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, en lo que pareció ser un movimiento nacional reivindicatorio, apoyaba decididamente al grupo de profesionales en la búsqueda por rescatar el acceso al poder, y al poder mismo, de las garras de la simulación, el engaño, la corrupción; en síntesis, de la inmoralidad, y para algunos, no todos, acercar los criterios de gobierno a los de la religión.

 

Su meta ideal era el “adecentar” el quehacer público. Revestir a la actividad política de toda la honorabilidad y decencia de la que sólo podría hacer gala un legítimo “caballero”, un auténtico “ciudadano”. La influencia religiosa y la tolerancia que le dispensaba el santismo, contribuían a la vigencia de parámetros que permitían puntos de vista hoy románticos (¿romanticismo prusiano?).

 

Corría el primer tercio de los años cincuenta.

El DESEO DE SER CULTOS, EL ERROR DE CREERLO Y EL GRAN TECNOLÓGICO

Ya desde fines de los años cuarenta se realizaban en San Luis los denominados “Cursos de Invierno”. Entre sus promotores y organizadores destacaba Jesús Silva Herzog, de quien luego haremos nueva mención. Estos “Cursos de Invierno”, se realizaban por enero y febrero de cada año,  traían a San Luis a destacados hombres de ciencia y de letras.  Destacados Potosinos apoyaban su realización en el seno de la Universidad Autónoma Potosina (así se denominaba entonces).

 

El “Paraninfo Universitario” era el escenario (auditorium universitario) de los “Cursos de Invierno”, donde posiblemente se fraguó o al menos se consolidó la idea de crear la Facultad de Humanidades, de la que hoy, casi ni el recuerdo queda. Aún es tabú hablar de humanidades, artes y semiciencias generadoras de engendros que piensan y se atreven… a hablar… a actuar… Y, ¿tenemos universidad…?

 

Pues resultó que aquellos inquietos aprendices de políticos, a quienes nos referimos al principio,  fueron los mismos que crearon la Facultad de Humanidades en la Universidad Autónoma Potosina, siendo rector el Potosino de ilustre memoria y reconocimiento postergado, Dr. Manuel Nava Martínez, y su primer director, el Geógrafo Ramón Alcorta, distinguido humanista, líder intelectual, en la Facultad, y en la “cruzada” política por la búsqueda del poder… hasta llegar a la gubernatura…

 

Escasos años después, la Universidad, realmente San Luis Potosí, iniciaría una lucha severa, entre conservadores y liberales, que salvo por cortos períodos de paz  constructiva, parece que aún no ha concluido. Una lucha que se libra en los más diversos terrenos y cuyos motivos e intereses aún conservan quines heredaron bienes, ambiciones, fortunas, principios, ideas, integridad.

 

A ello se han agregado nuevos interesados, entonces marginales o ausentes. Unos con franqueza, otros con desinterés, quines más con la misma ambición,  la misma filosofía, y otros con la herencia pero poco practicada; y hay quienes la quisiera toda, toda la herencia, aún cuando no cuentan con derechos sucesorios. Entonces, arrebatan, ¿cómo los de Jalisco? o, ¿los de Chile?

ALGUNOS ANTECEDENTES SUBCONCIENTES

Todos cuantos conocieron a Manuel Nava Martínez, pueden diferir en mucho con respecto a él, pero todos concuerdan en su capacidad de servicio y bondad (caridad diría un cristiano), mostrada hacia sus semejantes. Hay quines dicen que era “refractario a la política”, mientras que otros aseguran que siempre hizo política en su ámbito, la Universidad.

 

Pero Manuel Nava como los hermanos, tenían su carga de historia. Ya José Guadalupe Nava, político activo de las tierras de Santa María del Río, siendo presidente municipal o jefe político, realizaba acciones de desarrollo con la construcción del camino de Santa María a la hacienda de Villela. Su hijo, Fortunato, abogado y señalan, político ilustre y honesto (probo), fue orador en la inauguración del tranvía de mulas de San Luis a Nuestra Señora de la Soledad de los Ranchos (por aquel entonces).

 

Su nieto, medico, Manuel Nava Díaz de León, de reconocida generosidad, dirigía el hospital civil, cuando el General Gabriel Gavira llegó, al triunfo de Obregón sobre Villa (Celaya), a gobernar San Luis (14 de junio a 30 de septiembre de 1915). Entre sus actos de gobernante,  “Visité los hospitales, encontrando el militar en buenas condiciones y el civil en las más deplorables. Destituí al Administrador”.

Este famosamente bárbaro General Gavira, por excesos en un discurso a cerca de y en presencia de Álvaro Obregón, puso en prisión, y hay quines dicen había condenado a muerte, a Jesús Silva Herzog.

Los actos de “la familia revolucionaria”, sentidos prepotentes e impunes, en algo conformaron la visión de los niños que “sin haberlos vivido”, los sufrieron en una sociedad cerrada, casi aislada por la naturaleza y donde cualesquiera suceso señalaba a los afectados. Entonces vivían frente a la conocida Plaza de Fundadores, que era de la mitad de su tamaño actual.

 

Por los caminos del Señor habremos de continuar estos apuntes. Ahí nos habremos de encontrar, quines los concurrimos, para poner, proponer y contraproponer, quizá así y sin prepotencias o potencias ajenas a los mortales, podamos entendernos mejor.

NEO-NAVISMO O LA DISPUTA POR LA HERENCIA

 

APUNTES PARA UN ENSAYO

(Primera parte)

 

Candidaturas ciudadanas o candidaturas independientes. Entre ellas no hay una diferencia  que deba resolverse con la aplicación de las reglas de la gramática, al menos en San Luis Potosí, y con gran certeza, si nos circunscribimos a la zona de influencia de la ciudad capital y a un reducido ámbito de políticos ilustrados de oposición sistemática y en ocasiones minimalistas.

 

Para los potosinos conocedores de nuestra historia o aquellos que tuvimos la circunstancia histórica de vivirlo, “candidato ciudadano” no es mal sinónimo de “candidato independiente”, son cosas distintas.

 

“Candidato ciudadano” es todo un concepto. Es el perfil de un sujeto de derechos políticos, que, por asepsia, no participa en ningún partido político, pero que se preocupa profundamente por la suerte de sus conciudadanos, fundamentalmente por la manera en que tiene que simular, tolerar, soportar y sufrir los actos perversos y corruptos (la mayoría) del poder público (estado de derecho).

 

De acuerdo con el perfil básico, el “candidato ciudadano”, también dedica atención a las condiciones de vida, los factores que la provocan y las decisiones que podrían impulsar su mejoramiento constante y consistentemente (justicia social); y por último, cree en la democracia como principio pero la juzga inoperante en la práctica, aún cuando ésta sea operada por civiles.

 

Para complementar el esquema, requiere practicar una conducta intachable en los ámbitos familiar, del trabajo y de las relaciones de convivencia con sus semejantes, al tiempo que ofrece parte de su tiempo libre para tareas no remuneradas de beneficio colectivo. No existe posibilidad de la “doble moral” tan achacada o realmente practicada por el político tradicional. Como dato destacado, desconfía de manera absoluta y sistemáticamente, de los medios de comunicación y de los acuerdos a cumplirse en el futuro (¿fundamentalismo occidental latino?).

 

 

 

 EL INICIO DE LA CONFUSIÓN

 

Julio Hernández López, que en los días que corren no necesita presentación, declaró a la destacada periodista Adriana Ochoa, el 16 pasado: “Hay que acabar con el monopolio de los partidos políticos en el registro de candidatos a puestos de elección popular.” , calificándolos de latifundistas que impiden que ciudadanos sin apoyo o banderas de un partido político, puedan sujetar a la decisión del voto popular sus ideas, programas y planes como base para ser electos a puestos públicos desde los que  desean servir (opinión en el ámbito ideal, lo que deber de ser, la esencia o el fondo)

 

 

Solamente un día después, la señalada columnista Martha Eugenia Ortiz, maneja el criterio de la inconveniencia de “candidatos independientes” y a más de hacer referencia a problemas normativos y  experiencias en otros países, ofrece una próxima opinión legal (opinión en el ámbito normativo, el cómo debe hacerse, la forma).

 

El lunes inmediato, Enriqueta Martínez Fonseca, reporta al arzobispo Szymanski, quien con meridiana claridad y sencillez opina en contrario a la posibilidad de candidatos independientes (opinión que no resiste el más leve análisis dialéctico), aduciendo que hay riesgo,  “Porque podrían postularse candidatos sin que se supiera cuál es su modo de ser, a diferencia de los que militan o se identifican con determinado partido político, que cuando menos se sabe de donde vienen sus ideas”, situación de la que cautamente excluye al “Cuarto Poder” (la iglesia), que podría ser representada por alguno de sus exmiembros (opinión en el ámbito de los resultados, de los hechos, la práctica).

 

Líderes de opinión, los tres, plantean sus legítimos (no por ello sólidos, ni válidos) puntos de vista, ¡ah!, pero ¡no son precisamente compatibles!, son diferentes órdenes de una misma cosa. Uno plantea la esencia, lo que debería de ser; el segundo contrapone, pero no señalando argumentos del deber ser, sino del como ser, de la normatividad del ser, de la forma; y el último tratado, argumenta con la práctica, con los resultados posibles de obtener al operar, con cierta normatividad, la esencia.

 

  EN BÚSQUEDA DE CLARIDAD

 

Quedó para ahora esbozar la diferencia entre “candidato ciudadano” y “candidato independiente”. Éste no requiere acreditar las cualidades a que se hace referencia al principio. Independiente puede ser casi cualquiera, cualquier ex priista, panista, perredista, petista o lo que usted se imagine. La distinción está en el terreno de lo ideal, del ideal de ciudadano en la república ejemplar del “mejor de los mundos”, de las tierras de Utopía o Shangrila, plenas de justicia, legal y social, sin envidias ni ambiciones; de democracia perfecta, vecina inmediata de la anarquía; de convicciones morales a toda prueba; de una sola pieza.

 

Así pues, esta polémica informal no se da en los mismos terrenos, y ello no merecería mayor atención si no hubiera los antecedentes referidos al principio. El éxito del neo-navismo sería pleno con la reforma a la Constitución Política del Estado, sí, y solo sí, la redacción observa meticulosamente las palabras “candidato ciudadano”, si únicamente dijera candidato independiente, aún cuando se gana en la posibilidad práctica, se pierde en la de “entronizar” los conceptos del más puro “navismo” a la Norma Superior del Estado.

 

¿Quién gobierna San Luis Potosí?, ¿un miembro del PRI?, o un audaz e inteligente político que ha sabido ascender por los caminos viables, pero no por el soporte y para la defensa de las ideas que lo diferenciaron de los candidatos de diversos partidos (el grave desliz de Szymanzki), aún del propio Nava Partido Político y de la propia (admirable) Conchita.

 

 RETOMANDO LA REFORMA DEL ESTADO

 

¿Quién pues, representa el navismo?. ¿Quién difunde, propaga, sus planteamientos?. Esto es importante cuando la Reforma del Estado no sólo se da en el ámbito federal, sino que también se está realizando en el orden estatal.

 

La reforma de la Constitución, de la que ya en meses pasados circuló un ejemplar, por cierto criticado por el “Grupo Plural”, sigue un proceso que la ciudadanía desconoce en detalle, o bien, un camino flexible que se ajusta a cada variación de la coyuntura, en la búsqueda de encontrar la mejor de las oportunidades (no hay plan franco y abierto). Se anunció que de nuevo se realizarán reuniones regionales de consulta, ha de ser para sustentar un proyecto que ya existe y que, en realidad, hasta hoy, desconocen los ciudadanos que se “constituyen” (ironías de la vida, ¿torcidos caminos de Dios?).

 

Lo cierto es que, criticar sin proponer, no es una actitud constructiva ni responsable, es, simplemente, contestataria, acomodaticia. Y sucede también que, opinar en cuestiones estrictamente legales, desconocidas, me resulta imposible. Por ello, pretendo contribuir con información que permita a los asistentes a las supuestas reuniones regionales, y a todos aquellos interesados, contar con mayores elementos para fortalecer la fundamentación de un juicio.

 

Daré una visión general del surgimiento de las ideas a cerca del “candidato ciudadano” a que nos referimos al principio. Nos llevará a recordar rápidamente tiempos en que valiosos ciudadanos (independientemente de su ideología), aportaron lo que hoy se ofrece como si fuese de orígen anónimo, al menos no se acredita autor (¿será propositivo?). Quiero informar, opinar, proponer, tomar postura,por ello la publicación de estos apuntes y todas las demás publicaciones.

 

Así pues, seguiremos con este tema, con este afán: el propositivo, el de compromiso, el del riesgo de equivocarse; y habrá que cuestionar: ¿la Reforma será aprobada únicamente por los diputados, no electos para ello?, o ¿se creará, dentro de la ley, un auténtico mecanismo que consulte la adopción o rechazo del proyecto, por los propios ciudadanos constituyentes?

 

 

 

ENTRE QUERER DECIR, Y EL DESEO DE INFORMAR

 

La evolución de nuestro México, época realmente interesante que nos está tocando vivir. Evolución porque podemos confiar en la madurez propia y en la ajena, de la que afortunadamente ya hemos recibido señales positivas en el terreno electoral. Esperamos se muestre igual cuando nos corresponda ejercer postura y derecho frente a la insidia, la intromisión local o foránea, los “golpes” por la espalda, los rumores, las “cortinas de humo”,  las guerritas epistolares y otras gracias o caprichos, que ojalá duren poco, pero calen hondo.

 

El sistema está, definitivamente, en sus momentos finales. Sin embargo, ¿por qué modelo deseamos sustituirlo?.

 

En el mismo momento en  que lográbamos  “pasar de una vez por todas, de la condición histórica de un país de un hombre a la de nación de instituciones y de leyes.”, creábamos la trampa que aún perdura y se resiste a desaparecer.

 

Ciertamente creamos leyes e instituciones, pero quedaron sujetas a la voluntad, a la personalidad de un sólo hombre, que podría no ser caudillo, pero que cada seis años ha venido gobernando con lo que en el siglo XVIII se llamó absolutismo y que ahora conocemos como impunidad.

 

¿Que nivel de decisión es el que nos demanda el futuro cercano?. La guerra de independencia nos dio la Soberanía que confirmó Juárez; la Revolución consolidó nuestro Nacionalismo y ofreció Democracia, Estado de Derecho y Justicia Social. Popular, antifeudal y antiimperialista, fue la marca que la sociedad en lucha impuso a la oferta teórica…

 

Con estos conceptos avanzcmos<#de la conmoción del “cardenismo”, al “desarrollo estabilizador”, para desembocar en doce años de “populismo” y luego otros doce de “liberalismo Soaial-80. Y de estos últimos veinticuatro años ya estamos cansados. Pasamos de ofertas y escenarios maravillosos y prometedores, a la dura resaca del desengaño, la frustración y el desánimo. Casi un cuarto de siglo, tiempo suficiente para que alrededor de dos tercios de los mexicanos no conozcan de estabilidad política, ni económica, y pongan en duda si la estabilidad social aún resiste.     Caro precio para despertar y asumir plenamente derechos y responsabilidades ciudadanas.  Fríamente, la culpa es de todos. El desarrollo estabilizador con su crecimiento sostenido, economía protegida y subsidiada y control de permisos y concesiones, adormeció la participación ciudadana, mientras el campo se descapitalizaba, la industria y el comercio crecían en la ineficiencia y la clase media se conformaba en silenciosa inconformidad. El propio crecimiento del empleo y los salarios reales daban aparente plenitud a los avances en justicia social. Sin embargo, la economía de país “cerrado”, se encontraba con los tradicionales problemas de insuficiencia de ahorro y de divisas, pero con buena solidez.   Olvidándose de la democracia y de la justicia social, el populismo ensalzó nuevamente al nacionalismo antiimperialista y antifeudal y con ellos fundamentó la participación indiscriminada del Estado en la economía de la Nación, al tiempo que inició un proceso de polarización social y devaluaciones traumáticas,  mientras la  deuda pública crecía en monto y disminuía en plazo. -Debe reconocerse que la posibilidad de la riqueza petrolera se frustró por un tratado, hasta hace poco secreto, entre los EE.UU. (Ronald Regan) y Arabia Saudita-.   El gasto público constituyó el motor de arranque del proceso económico para estos dos modelos. Las deudas contraídas para las grandes inversiones paraestatales, que debieron ser productivas, el desequilibrio petrolero y los “caprichos vanidosos”, entregaron una Nación sin esperanza y plena de frustración al “liberalismo social”. Los ciudadanos no la entregamos porque no participamos, o, porque no participamos, dejamos que se entregara.   “Enmendando los errores del pasado”, el liberalismo social pretendió corregir, lo antes posible, desde la moral pública, hasta la economía. Al principio titubeante y errático, al final enérgico y consistente, inicia por la desprotección y la apertura indiscriminada, continúa con las privatizaciones  y, al no poder hacer marchar a toda la economía, a la velocidad que deseaba, termina por disfrazar las acciones y las cifras y con ello falsea la realidad. De nuevo, la ambición de un sólo hombre y su vanidad marcaron a la Nación. Luego se quieren justificar,  “dejé problemas, sí; pero no heredé una crisis”. ¡No!, ¡no la heredó!, ¡únicamente la engendró!, y, como primeriza soberbia, el parto se ha complicado.   El cultivo de los caldos de cultivo, las deudas disfrazadas, las presiones de corto plazo, el levantamiento de Chiapas, los crímenes, las decisiones postergadas  y el deterioro de la moral pública, no ablandaron siquiera a la impunidad de la figura, de la institución presidencial. Institución que se ha sostenido en y por  la corrupción, prepotencia e impunidad, lugares donde la justicia sirve a los intereses del gobernante, quien sólo se compromete con los principios de la justicia en el cinismo del discurso.   El año que termina es de dudas e incertidumbre, aun no se siente rumbo claro ni hay propuesta específica, el modelo esbozado es demasiado abstracto. El discurso del 20 de noviembre desempolva a la Revolución, pero no contiene una propuesta actualizada. No parece haber cambio, continúan las decisiones que fortalecen al “neoliberalismo”.   La Reforma del Estado, saboteada, manoseada y en marcha, ¿realmente representará la visión de República que tiene la mayoría de los ciudadanos?, ¿ nos sentimos realmente representados por los partidos políticos PAN, PRI, PRD Y PT?. ¿No es solamente una búsqueda cupular del consenso?. ¿Que han propuesto los partidos a sus afiliados que estén defendiendo en cada una de las diez mesas?.   La República está en un tránsito difícil: las posiciones políticas se polarizan peligrosamente, se sienten vacíos de poder, el desempleo es alto, la iniciativa privada aún demanda protección y papá gobierno.  Estamos en riesgo y hace tiempo que lo quieren incrementar (la reforma y el miope regateo de los partidos, la huelga de hambre de febrero, el rumor de golpe, la carta). Por otro lado la elección de 1984 y las del 12 de noviembre pasado marcan rumbo, pero la ciudadanía no esta participando realmente en la Reforma del Estado. A nuestro nombre se somete al derecho y nuestro derecho se detenta sin representatividad. Al menos hasta ahí están las cosas hoy.     Estamos en riesgo de que la reforma  suceda al estilo de las que se han realizado , desde la época de Adolfo Ruiz Cortinez: abriendo los espacios indispensables para que las cosas continuen igual. ¿Nos hemos preguntado la diferencia del poder presidencial ejercido por los últimos ocho presidentes?, ¿Sobre la diferencia de reclamos entre los que se van y los que llegan?. Institucionalizar al país tiene como requisito indispensable disminuir y responsabilizar al poder presidencial, equilibrar los poderes de la Unión y de los demás órdenes de gobierno.   El poder presidencial no se regula por el hecho de dejar de ejercerlo. ¡Así no se restringe ni se responsabiliza!, únicamente se provoca que se llenen desordenadamente los vacíos, con ambición y oportunismo, tanto por los de adentro, como por los de afuera (ojo). Nuestro modelo no tiene por que ser simplemente copiado de la teoría del libro de la “democracia occidental”, sostenida con los créditos de los grandes financiadores del desarrollo. Parece que la simple copia no funciona en nuestra realidad como asegura la teoría. No tenemos ni orígenes, ni ideosincaracia, ni, necesariamente, intereses iguales a los de otros pueblos.   Aspirar a un modelo peculiar, no es sólo un acto soberano, es también democracia internacional.   Estamos profundamente inconformes con el modelo actual, y  ante la inconformidad y el rechazo, tenemos el gusto de su inminente fin, la obligación de correr el riesgo de sustituirlo y el derecho para decidirlo.   Debemos actuar, ejercer el derecho de diseñar, aplicar, vigilar y calificar el modelo que nos permita “leyes que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia y de tal suerte aumente el jornal del pobre que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto”. Dicho de otra manera, el modelo que nos asegure  “... un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.”

LA REFORMA DEL ESTADO, LAS ELECCIONES DE 1997 Y LA ANIMOSIDAD DE PORFIRIO…

 

Cuando escribimos, siempre está sobre nuestra autocrítica la prevención de usar “lugares comunes”, esas frases que prueban nuestra falta de originalidad y, al mismo tiempo, la carencia de cuidado en la expresión. Sin embargo, hoy deseo usar uno, porque siento que cae ”como anillo al dedo” (dos) para lo que deseamos tratar.

 

En esto de la Reforma del Estado, que se inicia por la Reforma Electoral, se están recorriendo “los caminos torcidos de Dios” (uno) y que me exculpe el PRImado Rivera y su cercano PRImanzqui, que al fin de cuentas, recorren, más frecuentemente que poco, estos senderos del Señor…

 

“Mucho ruido y pocas nueces…” (tres). Este es un planteamiento prospectivo que desdeña la presentación técnica y el rigor al no tratar todos los escenarios alternativos, pero que tiene por objeto mostrar que puede suceder,  lo que no deseamos que se suceda, más fácilmente de lo que nos imaginamos, y aún en contra de nuestra voluntad manifiesta.

 

Mire usted, si los partidos están haciéndole el favor al Gobierno de participar en la Reforma, luego de tanto jaloneo, le aseguro que no es por patriotas, sino porque algo esperan sacar de ello. Alguna ventaja política. La no participación deslegitima al gobierno, la participación lo legitima, consecuentemente, el no participar abre las posibilidades de la oposición para ascender con mayor rapidez. Luego pues, ¿por qué participan?, ¿cuáles son sus estimaciones?, ¿Cuál es su prospectiva?.

 

EN BÚSQUEDA DEL FUTURO

(PROSPECTIVA)

 

El único acuerdo cierto conocido hasta hoy, es: La Reforma Electoral (perdurable) va primero. Ya se ha filtrado que estará lista para el segundo período ordinario de sesiones del Congreso de la Unión, que se inicia el 15 de marzo. No se ha dicho hasta hoy que la Reforma del Estado estará lista para entonces, y sí se ha filtrado que las discusiones en materia económica y otras, se realizarán después del dicho período. Ello puede querer decir, que la Reforma del Estado, como tal, podría quedar a  consideración del Congreso que inicie labores el primero de septiembre de 1997; es decir, luego de las elecciones que llamamos intermedias. Por ello, nos preguntábamos en el artículo anterior si para entonces tendremos Congreso Constituyente.

 

 

De otra manera, hacemos la reforma electoral en la que todos los partidos estén de acuerdo, porque les garantiza seguridad en los resultados, a más de una serie de requisitos de igualdad que les den garantía de competencia equilibrada. En fin, el término de todas las maldades del PRI, relleno de urnas, ratones locos, mapaches, tío vivo, carruseles, tacos y otras trampas más muy bien practicadas y criticadas, pero igualmente imitadas… , “! hay del alumno que no supere al maestro¡” (cuatro). Y pensándolo bien, es más claro decir costumbres heredadas; tanto a uno como a otro, PAN y PRD, son movimientos políticos, ahora partidos, emanados del PRI o al menos del sistema PRI.

 

N POS DE NUEVOS EQUILIBRIOS

 

Pero, regresemos: Cuando la Reforma Electoral se aplique en 1997, los legisladores que surjan, serán reconocidos jurídicamente y por su representatividad, como legítimos representantes de la Nación. Ellos sí tendrán, a la manera de ver de los partidos, la plena legitimidad jurídica, adicionada por la plena representatividad, hasta ahora tan cuestionada. Siendo así, poseerán la capacidad moral (difícil y escasa) para sancionar la tan nombrada Reforma del Estado. Quizá desde el nivel de Constituyentes.

 

De sostenerse las tendencias electorales podremos esperar, en lo general, una nueva pero leve baja en los votos del PRD, un aumento en los del PAN y la permanencia del estancamiento en los del PRI. Pero como los votos cuentan en su proporcionalidad, el escenario anterior beneficiaría fundamentalmente al PAN, ya que las proporciones operarían fuertemente a su favor. Su propio espacio aumentado y el disminuido del PRD ante la constante del PRI resultará en un aumento proporcional importante. Pero “no te calientes granizo” (cinco), porque el PAN no llegará, al menos por ahora, a la mayoría, no controlará el Congreso.

 

Quizá se logre el nuevo equilibrio, anunciado reciente y festivamente por Porfirio. El PRI puede también no alcanzar en las elecciones la mayoría que le dé el control de la Cámara de Diputados.

 

EL CONTROL Y LA ALEGRÍA DE PORFIRIO

 

¿Quién entonces controlará a la Cámara?. “Ahí está el meoyo del asunto” (seis). Inventemos algunas cifras: En las elecciones para Diputados Federales de 1997, el PRI alcanzará algo así como un máximo de 49.25% de los escaños; El Pan logrará al 36.15% (sueño azul); y, el PRD sólo, únicamente, apenas el 14.60%. Pero… pero cuando se trate de votar una ley controvertida, ¿cómo se integrarán la mayoría de votos?. Tanto el vencido y humillado PRI como el creciente y ensoberbesido PAN, tendrán que acercarse a la bancada del PRD, a “pedir frías” (siete), quien, quieto, y con la petulancia que daría el tener “la piedra filosofal” (ocho), se volvería el “perdonador de vidas” (nueve) e inclinaría la decisión al terreno de mayor redituabilidad, esperemos que política. “El poder corrompe” (diez).

 

Este es, más o menos, el escenario de Porfirio Muñoz Ledo. El poder se puede transferir, en buen grado, a la cámara baja. ¿Quién será el jefe de la fracción perredista?

 

DE LAS ASPIRACIONES Y OTRAS COSAS

 

¿Dónde anda el juego de Diego y Porfirio?, éste inició las hostilidades por el lado de la corrupción, de la búsqueda rápida del desprestigio: “calumnia, que algo queda…” (once). Está en juego la Jefatura del Distrito Federal, que parece será lograda por elección popular. Constituiría una bella antesala a la candidatura por la Presidencia de la República. Pero ¿es de despreciar el control de la fracción que resolverá “por donde” en la cámara baja?. Porfirio es un hombre inteligente, con información privilegiada, verbo fácil y tono grato, de chispa hiriente y abundante (lástima de ropita). ¿Y Diego?, a más de Salinista, valiente, incisivo, abogado postulante (¡imagínese!), ¿no le conocerá al buen Porfirio algo de su época Echeverrista?.

 

 

Bonito escenario…

 

¿CAMINOS TORCIDOS?

 

Así las cosas. El elector vota por el cambio y, en el avance, entrega el poder de decisión final a quien le está negando, de manera manifiesta, su respaldo en las urnas. ¿No son realmente “los caminos torcidos de Dios”?, quien nos acerca a la democracia con las trampas de la fe, de la fe en que la democracia es mejor que lo que tenemos hoy, pero que a veces, al ejercerla, parece traicionarnos. Es casi como dudar del dogma. ¿Que nos podrán decir los prilados?.

 

Imaginemos que ellos se quedan sólo en su lugar, y mejor pensemos en que la decisión es nuestra, es suya, es mía, es que actuemos organizadamente, con candidato ciudadano o independiente, o de partido (que igual nos dan unas partidas… que, ¡Dios guarde!). Sí, actuar, participar organizadamente,  porque la promesa que nos ofrece la democracia está llena de trampas y de equívocos no buscados, pero, a fin de cuentas,  vale la pena que construyamos nuestra democracia… nuestra propia democracia, que en cualquiera de los casos, es mejor que sufrir el autoritarismo autócrata. ¿No es cierto…?

 

P.S. Tolerancia es: decir ser, y  ser democrático; es permitir, auspiciar la verdad; es garantizar,  promover que se difunda; es agradecer que nos ayuden a poner y mantener los pies en la tierra…; es, simplemente, ser íntegro, congruente.  Que difícil es ser tolerante, sólo los hombres superiores…

ENTRE LAS CORTINAS DE HUMO Y LAS CONVOCATORIAS DISFRAZADAS

Prevalecerá el deseo de la gran mayoría de los Mexicanos que deseamos condiciones para construir un nuevo equilibrio, en democracia, con seguridad jurídica, con estabilidad económica. Un nuevo equilibrio tal, que asegure a la hora de comer cada día, una mesa mejor surtida, en cada uno de nuestros hogares. Sin embargo, ponernos serios, todo el tiempo, puede hacernos mal. Hay que conservar el sentido del humor… al menos intentarlo, aun cuando para ello tengamos que hacer un enorme esfuerzo. Lo que sucede es que ya no sabemos, tal y como dicen por ahí, si reír, o llorar.

 

Todos quieren jugar con nosotros y usarnos para lo que se ofrezca: Que para influir en las campañas electorales extranjeras y que pierda su contrario; que para minar nuestra soberanía y que prevalezca su imperialismo y su racismo; que para hundir más nuestra economía y mantenernos sometidos; que para que nos cansemos de exigir justicia y persista la impunidad y la prepotencia; que para que nos aburramos y los dejemos hacer del y con el país; que para ostentar el poder popular, sí, pero ejerciéndolo ajeno al pueblo; que para construir la democracia, sí, pero gobernando con autocracia; que para… .

 

Y así, ya no sabemos si somos ciudadanos de una república o juguetes del poder. Bien dijo  Lorenzo Meyer “… hay que impedir que la guerra interna desborde las instituciones y lleve a la descomposición del sistema antes de que estén listas y en su sitio las fuerzas e instituciones de reemplazo.”

 

TAMBIÉN EN SAN LUIS HACE AIRE Y EL ENGAÑO DE LA CONCORDIA Y LA ARMONÍA DE LA SUMISIÓN

 

Últimamente las artes del poder se precipitan, se descontrolan temporalmente, sienten intromisión, cuestionada su jerarquía, amenazado su poder, reaccionan e intentan reafirmar su autoritarismo, recurren a los apoyos abiertos de los componentes de su sostén,  estructura y operación.

 

Nos hicieron creer que la concordia y la armonía eran una carencia fundamental de los Potosinos y que sólo con ellas tendríamos etapas plenas de brillantes, de paz constructiva, de laboriosidad creativa, generadora de empleos, de salarios cotidianos y ciertos, para llenar o al menos abundar medianamente nuestra mesa.

 

Lo creímos y decidimos…  pero que ahora se nos repita, merece un análisis inicial. ¿Porqué y para qué se nos llama a la armonía, a la concordia, a la unidad? Nos llaman, dicen los convocantes, porque, sólo si ello se da, será posible construir. Es nuestra culpa el que no se haya edificado ya, un San Luis mejor. No se ha progresado por nuestra responsabilidad, por negarnos a nosotros mismos la posibilidad, porque, a su decir, nos encanta la disonancia, la discordia, la dispersión.4

Es acaso irresponsable resolver: que no puede haber armonía, si tras ella se oculta el autoritarismo autócrata y prepotente que siembra la insidia; que no puede construirse la concordia, cuando se practica cotidianamente la discordia con la parcialidad y las pataletas de niño mimado y reprimido (¡!); que no puede convocarse a la unidad cuando ésta se funda en la represión, en la falta de oposición, y en la impunidad. ¿Es acaso irresponsable resolver que no…?

 

Lo que en realidad sucede es que se nos llaman a la unidad del sistema autoritario, dictatorial, donde todo parece que marcha como un “Rolex”, donde el pueblo esta bien representado, donde sus deseos se observan, donde sus objetivos se persiguen, donde sus carencias se satisfacen, donde nadie está por encima de la ley, donde por propia voluntad, todos, al unísono, alaban al guía, marchan en pos… .

 

Nos llaman a la armonía, a la concordia, a la unidad, cuando lo único que tienen es autocracia y lo único de que carecen es de democracia… (¿de oposición… ?)

 

¡Y en este ambiente se escucha a corifeo convocando a la concordia…!

 

REGRESO AL VIENTO NACIONAL…

 

Y en este ambiente se inicia el derrumbe impulsado por las cartas, – ya cualquiera las provoca- y las acusaciones, y las difamaciones, y las rectificaciones, y las reconfirmaciones. ¿Cómo estarán las cosas? que las autoridades de los EE.UU., aparentemente, no se ponen de acuerdo en la calidad de los desmentidos. Cierto que no se investiga… , pero lo tenemos en una lista de vigilancia… El sujeto de la investigación es su hermano Raúl, él, Carlos, en todo caso, en el curso de la investigación, sólo resulta ser un objeto con el que necesariamente se tropieza… pero no, no hay nada, puede visitarnos cuando quiera, aquí tiene muchos amigos… (incluidos Ruiz Massieu, Seja, Jordano…).

 

La confusión distrae a la ciudadanía de lo verdaderamente importante. La construcción de un nuevo modelo a partir de la Reforma del Estado, que por aclamación se inicia en la Reforma Electoral. Nos dicen que el Congreso de la Unión la conocerá en el próximo Período Ordinario de Sesiones, y para mediados de año contaremos con las reglas de la elección de 1997 y posiblemente con “nuestra” Reforma o al menos sus principios (¿tendremos Congreso Constituyente en 1997?).

 

Pero desde luego, en lo que sea para 1996, seguramente estará representada toda la voluntad popular de una república democrática… son nuestros partidos los que están negociando, faltaba menos, y serán nuestros representantes populares los que lo revisen, faltaba más. Por lo pronto, en el Congreso ya resolvieron montar su propia mesa, por cierto, un poco más chiquita que a que encabeza Don Emilio (son sólo cuestiones de soberanía).

 

¿TE ACUERDAS DEL IRRESPETUOSO Y HUMILLANTE “TEMBORUCO” O “TENMEAQUI”…?

 

Aquí, exactamente aquí, es donde debe de estar nuestra atención, en esta Reforma que se cocina, por hoy, a puerta cerrada. Pero, ¡espéreme por favor!, ¡volvamos a San Luis Potosí!, a la reforma de la Constitución, que promueve el Ejecutivo, y que esta en manos de un Legislativo, note usted, ¡no Constituyente!, y cuyo borrador básico ya esta siendo elaborado por doctos doctores juristas, que nos conocen a detalle, que nos representan, que saben lo que nos significan la armonía, la concordia y la unidad.

 

Pero no se preocupe, ya los legisladores, con toda oportunidad, le podrán el toque político potosino. Ahí ya no hay desconfianza, su soberanía institucional y su indubitable representatividad, nos aseguran que se limitará (voz clara del concepto acotar), y se responsabilizará (voz obscura de poder enjuiciar), al Poder Ejecutivo, para que aquí, en San Luis Potosí,  en su caso, y sólo en su caso, sí se le pueda sentar en el banquillo de los acusados, para reclamarle, insisto, sólo en caso de existir, daño moral proveniente del engaño, la traición y el abuso caprichoso del uso del poder.

 

 

A veces creo que hay grupos poderosos, aquí y allá, que desean apoderarse, “cachar” los despojos del “presidencialismo“, para intentar vendernoslo como “democracia”. En serio, al presidente Zedillo le falta conducir el cambio, pero, en serio, también creo que tiene la convicción de que ya es hora de la democracia.

 

Para ello, está ayudando con abstención. Hagamos lo nuestro con participación….

 

DE NUEVO AQUÍ Y ALLÁ

 

Para ello, recurro a lo ya escrito por Meyer, y que siento debemos aplicar a los ámbitos nacional y estatal, ámbitos donde se libra una recia batalla por los despojos del viejo poder. Allá con insuficiencia y dispersión. Aquí con autocracia disfrazada y ambición desmedida. Escribió Meyer  “… hay que impedir que la guerra interna desborde a las instituciones y lleve a la descomposición del sistema antes de que estén en su sitio las fuerzas e instituciones de remplazo”