¿La lección de Brasil y el triunfo de México…?

 

Veamos con serenidad y algo de profundidad los hechos del futbol; Brasil humillado por soñar, simplemente lo volvieron a su realidad sociopolítica y, México, no perdió, se conservó en su ligar, “si se puede”, pero falta mucho… estamos en proceso de querer y dedicarnos a querer… que ya llegaremos a poder…

 

Dicen algunos que los juegos de futbol son un remedo de “guerra”, y que sus resultados, consecuentemente, le son los correspondientes del triunfo o de la derrota. Los mexicanos tenemos herencias de las derrotas dolorosas y de un muy elevado costo; además fueron guerras injustas, aunque éstas no se han acabado…

 

En Brasil, la derrota da razón, en los hechos, a los que se han venido manifestando en contra de la erogación tan cuantiosa que se hizo para lograr un campeonato que no llegó y ante el hambre, el frio y la sed… la ignorancia… que ahí persisten…

 

Los vencidos, los que se sienten realmente derrotados y humillados, se hunden en la depresión, la vergüenza y el coraje de sí mismos, y muchos se pasan al bando originalmente inconforme. Otros se guardan el rencor que tendrán que desahogar contra algo, en la violencia callejera, contra las instituciones y lo establecido, como saltear tiendas y establecimientos de naturaleza privada y, al final, políticamente, en las elecciones.

 

Los menos, tan menos que no hacen efecto en la inconformidad global, ven con serenidad y analizan el estado de situación… No se está a la altura de los que les ganaron, quizá a la de los que los igualaron y que tanto poco estiman; la diferencia con los primeros es “diametral” en cuanto a desarrollo humano, social, económico y político.

 

Descubren así, que falta mucho por hacer y que, de las competiciones de “barrio”, se está llegando a las competiciones integrales globalizadas. No sirven las erogaciones faraónicas y el ánimo popular ensoberbecido, desbordado, contra la preparación consistente y sistemática, el apoyo de un pueblo, bien escolarizado, bien comido, con gran experiencia histórica respecto a la crueldad de la guerra y sus consecuencias.

 

Podríamos agregar más, pero vayamos a México: es indiscutible que luego de una calificación vergonzosa y vergonzante, y que los directivos se disputan el poder y el negocio, llego Miguel Ernesto Herrera Aguirre, ciertamente impregnado de los vicios del sistema futbolístico, pero, con capacidad de llevar a los jugadores a la armonía y la esperanza.

 

Creo que por primera vez hubo un equipo, hubo una finalidad común, se minimizaron los personalismos y se unificó el interés del “pueblo” en pensar que se puede aspirar…Claro, nos quedamos más o menos donde debíamos… en el desarrollo, en la lucha por mayor escolarización, eliminación del hambre, del personalismo (egoísmo) y de la corrupción por ganar o arrebatar hoy… sin considerar el mañana… ni al otro…

 

Puede sernos muy constructivo de manera positiva, no perdimos, ganamos, vimos que se puede hacer un equipo, que se puede operar en disciplina y que ello nos lleva al lugar que podemos sustentar. Todo ello, casi, partiendo de la nada…

 

Lo brasileños, para su desgracia, la tienen más difícil y, lo dicho por Luiz Inácio da Silva Ferreira de Melo contra México, lleno de soberbia, quedó también por tierra. El potencial de recursos naturales de Brasil, es mayor que el de México, los problemas sociales también lo son…

 

Cuidado debemos tener para no caer en crisis política, en ir reforzando la conciencia de grupo, de equipo y la erradicación de nuestras lacras; la corrupción, el hambre, la ignorancia… el abuso de los ahora poderosos…

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