Así habremos de seguirlo viendo

Las aguas comienzan a tomar sus niveles, y ahora, luego de la identificación genética que revela incuestionablemente, bueno, incuestionable para la ciencia y para los que piensan y dejan que los demás piensen, revela, pues, que lo investigado, avanza, de lo declarado, a lo rastreado, a lo detectado en campo, para llegar a la certeza científica y jurídica de que así fue; y que todo ello “cansa…”

Triste, tristísimo que hayamos evolucionado al estado feral, lo han hecho, al menos, algunos de nuestros compatriotas, resultado de las mismas madres y de las mismas escuelas que la inmensa mayoría de los mexicanos, salvo la ubicación geográfica con tan variadas características orográficas y climáticas.

Llegar al “estado de naturaleza” revela serias lacras y viejos olvidos, terribles rencores, errores al legislar, errores al controlar, errores al creer que ya es tiempo de dejar hacer y, sin embargo, se persiste y se insiste…

¿Qué llevo a ello…? Pienso que todo lo anterior y la ambición de ser “rico y poderoso” a costa de lo que sea. El intento de compensar los siglos de miserias y vejaciones que se cargan en el “alma”, en la memoria colectiva, con la fuerza, el hierro candente, del poder, de la violación y del sometimiento… en pocas palabras, la carencia de “cultura”

En el más corto de los plazos, todo se lo debemos a la droga y a la… a la advocación, imagen, santo católico, popular o prehispánico, a que se encomiendan esas aberraciones humanas; y seguimos insistiendo que su legalización es “mala”, pero nadie me ha mostrado datos duros, ni a mí, ni a nadie, lo más duro es la analogía con el alcohol, y ello habla para bien y no mal para la legalización…

Ahora, y en este ambiente, continúa la perversidad del abuso de la pena que pesa sobre los adoloridos… “faltan 42 y, los queremos vivos”, que divisa tan aberrante, irrespetuosa e interesada; qué pretenden con el intento de mantener vivo, en esta tesitura, un reclamo imposible que se deslava progresivamente y que pronto pasará a otros estadios…

Pasará al simple, sencillo y sentido recuerdo de una madre, de una abuela, de un hermano… a la historia oficial, a la leyenda local, a la leyenda popular… a deslavada divisa de protervos y manifestantes de mal gusto… a la literatura de tendencias socialistas y a los estudios socioantropológicos que intentarán explicar, ya tarde, las causas de los sucedido y la forma en que se fue tejiendo la posibilidad…

Llegará al cine de corto y largo metraje, al teatro, a la carpa, con la ventaja de que no habrá necesidad de pagar regalías… son eventos de “dominio público”; pero, los activistas de origen, los anarquistas, los socialistas extremos, seguirán impunemente y de manera despiadada lucrando de ello… y, más temprano que tarde, algún despiadado político lo convertirá en gesta nacional y sacrificio base, necesario, para haber alcanzado las conquistas que su facción presume… habrá que honrarlos…

De eso está escita la historia, de la minimización perversa, de la magnificación despiadada… del olvido tenaz, de la parcelación de hechos, de invenciones, de aderezos a conveniencia, de guarniciones falsas tan solo de papel cartón.

Dejemos “que los muertos entierren a sus muertos;…” dediquémonos al futuro, que el pasado no nos detenga, pero que siempre nos sirva de experiencia, pero no de freno o ancla; que, a fin de cuentas, es el humano es el único animal que se tropieza dos veces en la misma piedra…

Triste destino, triste presente, triste pasado… y pensar que lo único que realmente existe es el hoy, y aquí…

 

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