Cerca del amanecer o, ya llegando al ocaso..

Antes del amanecer,

cuando el frio llega hasta el alma,

me imaginé que clareaba;

triste sueño sin sustento…

 

La tormenta regreso, eléctrica y explosiva;

cayó el peso de la noche que casi languidecía…

ilusiones y esperanzas…

tornáronse en pesimismo, volviéronse desaliento.

 

El llanto que regresaba, agotado estaba ya,

la queja ya no servía, el dolor mucho crecía…

la súplica no se oía… al menos, no se atendía;

la voz cansada, ya hueca, ya nadie, nadie respeta…

 

Si alguna vez hubo gloria, bien pronto que se agotó

y, si la paz se sentía, la guerra luego brotó;

la alegría que se gozaba, en puro sueño quedó

el sueño, que restauraba, en insomnio se volvió…

 

Cuenta me doy que el aquel Zamorano,

lejos de esas tierras, sus tierras,

rememoraba su pobreza al no tener ilustre linaje,

al carecer de sillón y de casa solariega,

 

Tenía paredes vacías, sin ancestros victoriosos,

sin escudos nobiliarios, sin una espada con gloria,

sin una escolar inquieta, que se asome a la ventana.

Mi capa ya está raída, aún calienta, poco, muy poco…

 

Sin embargo, hay algunos, que aún dan gracias,

diciendo nada me debes, despidámonos en paz;

libaron miel de las rosas y, algo supieron de su hiel

 

 

 

 

 

 

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