De estos días de hoy

En estos días de pieles sensibles, de tomas de bando, de despreciar lo vigente, de fustigar y condenar todo aquello que causó resentimiento, rencor y sentido de impotencia; en estos días nos está sucediendo que caminamos hacia lo que más criticamos, y en un proceso sadomasoquista avanzamos sin rumbo, negando lo palpable y defendiendo la mentira y lo imposible, despreciando lo obvio, e intentando crear verdades sustentadas en la falsedad y la mentira.

La sentencia “calumnia, que algo queda…” se va quedando chiquita…

Sobran comentaristas seguidos por una turba de ciegos apasionados, que califican y que refieran, “expertos dicen…”, “la verada es que esto ya se pasa de color…” cuando nunca se muestran a los expertos y la tal verdad que se pasa de color, nunca se menciona; el estribillo únicamente sirve para encausar la intransigencia y el resentimiento ya mencionado. Lleva a la gran insatisfacción de ofensas y carencias acumuladas a revelarse contra todo…

Nadie se percata que después de la muerte, de la destitución, de la reivindicación, con la negación del “otro”, nada quedará para nadie; el futuro es así, peor que una “victoria pírrica”, mientras los verdaderos lobos están a la expectativa, de cuando en cuando atizan el fuego esperando, como los buitres, para recoger los deshechos, los despojos. Ellos se conforman con el triunfo de recoger lo que no pudieron solventar… si lo logran, reinarán en soledad, sobre un mar de cadáveres.

Me reclaman fijar postura acerca del asunto de MVS y Carmen Aristegui, pues aducen, cuando menos, inconsistencia, ya que en otras veces la he defendido y ahora no le concedo la razón.

Creo que Carmen conocía claramente el destino que ella misma se construyó, que ella misma elaboró paso a paso, con sobre exposición a sus seguidores y a los fáciles de mover “hacia dónde va Vicente…”. Ya no es nuevo para ella victimarse y explotar su ofensa para colocarse en su propio espectro de esperanza. Ya le ha funcionado antes.

De lo que conocemos, todo comienza con la violación del derecho ajeno, el afectado se defiende abiertamente, no quiere que se le confunda ni que se le incluya contra su voluntad, y aclara; los que abusaron, en lugar de corregir con discreción y decoro, se auto inmolan en la hoguera de la represión, de su creada represión; el ofendido toma medidas dentro del derecho y la nueva reacción es pretender someter defendiéndose de un supuesto sometimiento por el ejercicio de un derecho legal y legítimo; el ofendido vuelve a ejercer su derecho y cercena…

Ni tantito dudo que todo aquel que vio oportunidad, la aprovecho y lanzo gasolina al fuego… Pero, ¿Quién cometió el error que hizo posible todo ello…? Ya en el error, ¿Quién sintió que los dioses le favorecían contra el legítimo derecho…? ¿Quién fue tan ciego que no vio el inminente, indubitable, e ineludible fin…?

Carmen no es tonta, creo que se victimizó a sí misma, y de ello intentará servirse… porque, de otra forma, lo único que le sobró, fue soberbia…

Todos hemos perdido por una posición irracional…

Espero que toda la inquietud social reinante, pronta, y pronto, nos lleve a mejores estadios.

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